El frutero come frutas
DOMÍNGUEZ, Óscar
1949
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 68 x 85 cm
Número de registro: TEA2002-001
Colección TEA Tenerife Espacio de las Artes Cabildo Insular de Tenerife
"Se entendería mal la obra de Domínguez si se le quisiera dar un carácter metafísico o trascendentalista. Hay que mirarla con los ojos que él la vio. Es la paciente testificación de un poeta que va día tras día descubriendo las cosas de este mundo en su doble aspecto de la realidad y el deseo. Cada objeto aparece siempre con otra posibilidad y sus experiencias muchas veces tienen humor y siempre un alto rango poético: un cangrejo descomunal, un pájaro de hierro, una máquina que no está hecha para función alguna, unos cuernos por auricular de teléfono, un toro en pie con catalejo, un toro con bigotes, un toro con cuernos de manillar de bicicleta y una rueda, un minotauro, un caballo-mujer, un gato florero, un frutero come frutas, etc".
[Eduardo Westerdahl. Fragmento extraído de Óscar Domínguez, Gustavo Gili, Madrid,1968].
"El frutero come-frutas, obra de la que nos dejó varias versiones, pertenece a un capítulo de su producción que podemos definir como la insurrección de los objetos. La concepción trágica de la imagen que había presidido su producción de la época surrealista, dio paso entonces a una representación lúdica del mundo donde todas las relaciones aparecen dislocadas. En este apartado entraría El caballo con espuelas. Como el frutero que se cansa de servir de recipiente de la fruta y decide comérsela, así el caballo aparece en el ruedo luciendo unas espuelas, propiedad que distingue al caballero. Es una sutil alusión alegórica a la relación del señor y el siervo, esto es, a la lucha de clases. Así pues, la dislocación de las funciones de las cosas porta el signo de la libertad, que es al mismo tiempo el blasón de la rebeldía. Lo pasivo se torna activo, se libera de las ataduras que la realidad le impone a las cosas, pero también invierte la dialéctica del amo y el esclavo. En El Gato (escultura cuyo original se encuentra en los jardines de la Villa Noailles, en Hyères), la ambivalencia del símbolo se manifiesta como proceso metamórfico. No sabemos si el arco de triunfo se metamorfosea en gato, o al revés. La libre asociación se cifra en poder ver “lo uno en lo otro”. Humor y juego participan por igual en la construcción de la imagen".
[Fernando Castro. Fragmento extraído del texto "El frutero come-fruta: humor y metamorfosis en la obra de Óscar Domínguez, en Surrealismo siglo XXI, Gobierno de Canarias, S/C de Tenerife, 2006].
El frutero come frutas
Exposiciones en TEA.
-
28 ene 2022 > 03 may 2022
Maud, c'est la vie!