Dintel II
MORALES GÓMEZ, María Belén
2004
Técnica: Madera, cobre y acero
Medidas: 300 x 168 x 98 cm
Número de registro: TEA2007-030
Colección TEA Tenerife Espacio de las Artes Cabildo Insular de Tenerife
"La presente obra de Mª Belén Morales, la más reciente de su carrera de escultora, tiende a la abstracción. Ha ido aquilatando valores esenciales para dar ese difícil salto en el que el recuerdo del cuerpo humano se desvanece. Existen clásicos de nuestro siglo que han procedido de igual manera. Así observamos una figura que se hace paisaje, unos embriones simbólicos, y así hasta llegar a la presencia de sus superposiciones de maderas nobles sobre campos metálicos. Si desde Dadá, con Schwitters y Arp, los collages de madera anunciaban el desarrollo del arte pobre, ahora María Belén quiere hacer la restauración de la belleza postergada y recurre a estas masas táctiles sobre fondos rutilantes. En alguna de sus obras existe de manera clara una vinculación con el Simbolismo, recogiendo una fuente histórica, como otros artistas lo han hecho con otros movimientos.
Estas incorporaciones, de acusada perfección, nos vienen a dar un friso de joya, una luminosa presencia moderna. En este discurso, en el que la humanidad se convierte en semilla y pasa luego a ser un cuerpo sin denominación, radica esta experiencia plástica de placer visual: entramos en el placer y dejamos atrás, entonces, el dolor y el testimonio".
[Eduardo Westerdahl. Fragmento extraído del texto escrito para el catálogo de la exposición de María Belén Morales en Galería Skira, Madrid, 1979].
"Cada artista tiene unos nudos que desatar, que no son distintos entre sí, si son verdaderamente hondos, y la libertad se ha de conquistar en cada obra por primera vez. Las experiencias y los logros, de una vez para otra sirven y no sirven. María Belén lo sabe y se esfuerza. Ensaya, sin perder nunca de vista la necesidad que lo justifique. Su obra tiene profundidad y altura. Es capaz de infundir a sus obras grandeza. Por esto, sus esculturas públicas son realmente monumentales. Y esta monumentalidad la podemos apreciar en obras de pequeño tamaño, que imaginamos con facilidad ampliadas. Y lo curioso es que, al mismo tiempo, tienen intimidad, y ese vacío que crean en su apertura formal nos permite entrar en ellas y comprobar que, cuando una obra de arte es necesaria y capaz de calar dentro de nosotros, el hecho de que se haya desvanecido la separación entre espacio interior y exterior la hace más nuestra y permite una mayor identificación, prueba de fuego para el escultor actual".
[José Corredor-Matheos. Fragmento del texto para el catálogo de la exposición Núcleos. Gobierno de Canarias, Centro de Arte La Regenta, Las Palmas de Gran Canaria y Centro de Arte La Granja, Santa Cruz de Tenerife. Viceconsejería de Cultura y Deportes, 2004].