Alfonso XII Esquina A Academia

Las vistas urbanas de Madrid que realiza Avia trasmiten una extraña sensación de instantánea sonora. Muestran el día a día: las tiendas, los rincones, las plazas. Sus lienzos suscitan el ruido de una gran ciudad; esto es, el bullicio, las calles, los balcones, la vida cotidiana de sus habitantes. Con todo, la figura humana no es una constante en su pintura. Subraya el escritor Camilo José Cela, en este mnismo sentido, que Avia “es pintora de ausencias”. En efecto, su obra conserva cierta extrañeza metafísica fruto de aquella soledad que reina en sus esconografías pintadas con colores terrosos y cobrizos, mates, siempre atravesados por el tamiz de una pesada atmósfera que aleja sus lienzos de la copia directa de la realidad. Precisamente, sobre el realismo, Avia aseguraba: “yo me pongo a pintar y me sale una calle, pero como gustarme, me hubiera gustado tener capacidad para hacer arte abstracto. Pero ni lo he intentado. En cuanto al realismo, hago mío el lema de que pinto lo que no puedo fotografiar”.