18 ago 2010
TEA proyecta 'La infancia de Iván', uno de los clásicos de Andrei Tarkovsky
TEA Tenerife Espacio de las Artes continúa el jueves [día 19], a las 20,30 horas, con el ciclo de cine que gira en torno a la exposición 'Si quebró el cántaro. Abuso y maltrato en la infancia', una muestra que puede visitarse en este centro de arte contemporáneo. En esta ocasión se proyectará 'La infancia de Iván' (1962), la ópera prima de Andrei Tarkovsky, un filme que fue galardonado ese mismo año con el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia y con el Premio Golden Gate en el Festival de San Francisco. La entrada para ver esta película, que se pasará en versión original en ruso con subtítulos en español, es gratuita previa retirada de las localidades en la taquilla.
Nikolai Burlyayev, Valentin Zubkov, Yevgeni Zharikov, Stepan Krylov, Nikolai Gringo y Valentina Malyavina encabezan el reparto de este filme de 95 minutos de duración, que está basado el relato Iván, publicado en 1957 por Vladímir Bogomólov. La infancia de Iván se centra en el coste humano de la guerra en lugar de glorificar las victorias del Ejército Rojo, algo que era muy común durante la época del Comunismo.
La infancia de Iván (Ivanovo detstvo), cinta que ha recibido los elogios de grandes directores como Ingmar Bergman o Sergéi Paradzhánov, tiene como protagonista a un niño ruso de 12 años cuyos padres murieron en la invasión nazi. El pequeño huérfano, que logra escapar de los soldados alemanes, es adoptado por una unidad del Ejército Rojo y trabaja espiando a los alemanes en el frente oriental en la Segunda Guerra Mundial. Así, en una forma de venganza el pequeño Iván se decide a colaborar con las tropas soviéticas, y, gracias a su pequeña estatura, realiza con éxito labores de exploración que requieren que cruce las líneas enemigas varias veces.
Andrei Tarkovsky (1932-1986) es uno de los más importantes e influyentes autores del cine soviético y uno de los más grandes de la historia del cine pese a haber dirigido tan solo siete largometrajes durante sus veinte años de carrera activa. Tarkovsky también trabajó extensamente como guionista, editor, teórico de cine y director teatral. Dirigió la mayoría de sus películas en la Unión Soviética, con la excepción de sus últimos dos largometrajes que fueron producidos en Italia y Suecia. Sus películas se caracterizan por abordar temas metafísicos y espirituales cristianos, por sus largas tomas, por una falta de una estructura dramática convencional y trama, y por unas imágenes memorables de excepcional belleza.
La filmografía de Tarkovsky se completa con Andréi Rubliov (1966), Solaris (1972), El espejo (1975), Stalker (1979), Nostalgia (1983) y Sacrificio (1986). A estos largos, habría que sumar un documental Tempo di viaggio (1983) y algunas películas que realizó durante su época de estudiante y entre las que destaca El violín y la apisonadora (1960), que fue su trabajo de graduación.