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21 jul 2011

TEA proyecta 'El extraño caso de Angélica', de Manoel de Oliveira

TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta desde el viernes [día 22] y hasta el domingo [día 24] 'El extraño caso de Angélica', el último largometraje realizado hasta la fecha por el centenario director portugués Manoel de Oliveira. La película, en la que un fotógrafo emprende un viaje alucinado después de retratar a la hija muerta de los propietarios de un hotel, está protagonizada por Pilar López de Ayala y Ricardo Trêpa y se pasará en versión original en portugués con subtítulos en español en dos pases diarios, que comenzarán a las 19,00 y 21,30 horas.

Filipe Vargas, Leonor Silveira, Luis Miguel Cintra, Isabel Ruth, Ana María Magalhâes y Adelaide Teixeira completan el reparto de El extraño caso de Angélica (O estranho caso de Angélica, 2010), un trabajo a través del cual Manoel de Oliveira -encargado también del guión de la cinta- invita a realizar un viaje mágico en el que la realidad y la ficción se funden para dar a entender que la vida y la muerte forman parte de un mismo continuo.

La película que se proyectará este fin de semana en TEA Tenerife Espacio de las Artes arranca cuando, en medio de la noche, un fotógrafo recibe el encargo de hacer la última foto de una bella joven llamada Angélica que acaba de fallecer. Desde ese instante, vivirá una inesperada historia de amor. El extraño caso de Angélica forma parte de una serie de proyectos ambiciosos que en su día no llegaron a ver la luz debido a la censura y que ahora, cincuenta años después, Manoel de Oliveira ha vuelto a recuperar.

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Manoel de Oliveira (Oporto, 1908), considerado como el más prestigioso director de cine de su país y el más conocido internacionalmente, se sintió atraído desde muy joven por el cine, gracias a que su padre le llevaba a ver las películas de Charles Chaplin y Max Linder. En los tiempos del cine mudo, hizo su primera aparición en pantalla como actor en una película del cineasta italiano Rino Lupo.

Cuando tenía unos 20 años compró una cámara Kinamo con la que rodó Douro, faina fluvial. La versión sin sonido de esta película fue exhibida por primera vez el 21 de septiembre de 1931 y con ella despertó diversas críticas y alabanzas entre la crítica. En 1942 dirigió su primer largometraje, Aniki Bobó, donde descubría el relato de una pandilla de chicos de las calles de Oporto.

Posteriormente, en 1956, dirigió El pintor y la ciudad, película a partir de la cual su estética y su lenguaje fílmico tomaron un rumbo distinto, minimizando la importancia del montaje y priorizando los planos largos y la puesta en escena más teatral, arropada por diálogos densos y textos muy trabajados. La dictadura de Salazar cercenó su carrera de continuo y pudo hacer tan solo doce películas hasta la Revolución portuguesa de 1974, por falta de libertad, sobre todo, y también de apoyo económico. En esa época hizo básicamente documentales como Acto de primavera, La caza o El pan. La última película de esa etapa, en la que entra ya en una trama novelesca, es El pasado y el presente (1972).

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A partir de 1975 comenzará su reconocimiento internacional y su normalización en Portugal. Desde esa fecha y hasta la actualidad ha dirigido un total de treinta películas. Amor de perdición (estrenada en 1979), Francisca (1981), Visita (1982), Lisboa cultural (1983), El zapato de raso (1985), basada en la larga pieza teatral de Paul Claudel y que le hizo merecedor ese mismo año del León de Oro en el Festival de Venecia, o Mi caso (1987) son algunas de las cintas que realizó durante este periodo.

Las siguientes décadas incluyen títulos como La divina comedia (1991), El día de la desesperación (1992), El convento (1995), Inquietud (1998), La carta (1999) o Palabra y utopía (2000). Ya entrado el siglo XXI continúa trabajando con Vuelvo a casa (2001), Porto de mi infancia (2001), El principio de incertidumbre (2002), Una película hablada (2003); El quinto imperio (2004); Espejo mágico (2005) y Singularidades de una chica rubia (2009), entre otras.

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En 2004, Manoel de Oliveira recibió el Premio Vittorio de Sica de manos del presidente italiano y un León de Oro por su carrera en el Festival de Cine de Venecia, donde exhibió O quinto imperio - Ontem como hoje. Un año más tarde fue galardonado por el presidente francés con el grado de Comandante de la Legión de Honor y recibió homenajes en Milán, Madrid, Nápoles y Barcelona. En 2008 le entregaron como homenaje la Palma de Oro del Festival de Cannes.