03 abr 2025
Jesús Hernández Verano presenta en el museo TEA una muestra que invita a la introspección emocional
‘Temblando, me llevo el sol a la boca’ se inaugura mañana (viernes 4), a las 19:00 horas
El museo TEA Tenerife Espacio de las Artes inaugura mañana (viernes 4), a las 19:00 horas, Temblando, me llevo el sol a la boca, una exposición que permite adentrarse en la obra de Jesús Hernández Verano (Santa Cruz de Tenerife, 1970), un artista que ha logrado desarrollar una obra coherente y en constante proceso de evolución, que conecta de manera profunda con los afectos y las emociones humanas. Esta muestra, que forma parte del ciclo Filtraciones, podrá visitarse en TEA de manera gratuita hasta el 18 de mayo, de martes a domingo y festivos, en horario de 10:00 a 20:00 horas.
El día de la inauguración, a las 19:00 horas, tendrá lugar un encuentro público entre el artista y la investigadora y escritora Isabel de Naverán con los asistentes en la biblioteca de arte del museo. Este encuentro ofrecerá una oportunidad única para conocer más sobre el proceso creativo y las reflexiones que dan forma a la exposición.
En la presentación de la exposición, el consejero de Cultura y Museos de Tenerife, José Carlos Acha, afirmó que “esta nueva propuesta expositiva en TEA refleja la importancia de la investigación constante en el arte contemporáneo. Jesús Hernández Verano es un artista que lleva su obra más allá de lo visible, utilizando la pintura y los materiales de una manera que permite al espectador no solo ver, sino sentir. Con esta muestra, queremos seguir ofreciendo al público de Tenerife una programación de calidad, que invite a la reflexión y al cuestionamiento”.

Por su parte, Sergio Rubira, director artístico de TEA, destacó que Temblando, me llevo el sol a la boca es “una exposición de un artista de enorme interés en el contexto del arte actual desarrollado en Canarias, que ha seguido una trayectoria coherente y constante en la búsqueda de un lenguaje muy personal y lleno de simbolismo”.
Mientras que el propio artista reconoció que con su trabajo busca no solo transmitir una experiencia visual, sino también emocional. A través de las texturas, el corte y la incisión, Jesús Hernández Verano persigue “mostrar lo invisible de la experiencia creativa y vital”, realidades y emociones que a menudo “no pueden ser expresadas con palabras” y que, manifiesta, sólo pueden ser expresadas a través de un lenguaje de la creación artística y poética”. El artista manifiestó “esta exposición es un reflejo de mi proceso, pero también es un espacio para que cada espectador pueda hacer sus propias conexiones y lecturas”.
La obra de Jesús Hernández Verano se adentra en el desarrollo material y conceptual de las emociones y las políticas en el entorno de los afectos. La convivencia de materiales heterogéneos y su fisicalidad son elementos clave que configuran un engranaje visual de gran impacto, tanto por su presencia física como por la energía que transmiten. En su obra, la piel se convierte en un lienzo de inscripción, un espacio donde la memoria, el lenguaje, las imágenes y los deseos se entrelazan en un proceso de transformación constante.

A lo largo de su carrera, Jesús Hernández Verano ha explorado lo invisible a través de lo indecible, generando una cristalización a través de lo sustractivo, el corte o la incisión. Sus obras invitan a la introspección, resonando con ausencias y profundidades evocadoras que transforman lo intangible en algo palpable. El artista ha expuesto su trabajo en diversos lugares, como Canarias, Madrid, Valencia, Berlín, París y Nueva York, donde sus piezas no solo invitan a la contemplación, sino que también abren espacios para la reflexión y la conexión con el otro.
El trabajo de Jesús Hernández Verano opera en el orden de lo sensible. Es un hacer que avanza lento y constante, configurando un mundo armado de un artista que parece hacerse a sí mismo a través de procesos profundos de interiorización. En sus obras destacan las relaciones con otros cuerpos, ya sea a través de las tensiones implícitas en sus procedimientos, el dolor o el duelo como estados de vulnerabilidad. Asimismo, su obra explora la relación del cuerpo con el paisaje, especialmente con la vegetación de la isla, en la que los árboles y sus cortezas adquieren una gran importancia.

Jesús Hernández Verano ha sido reconocido por su capacidad para transformar la pintura en un ejercicio de reflexión sobre la vulnerabilidad, la presencia y la ausencia. Su obra se caracteriza por una constante interrogación sobre conceptos esenciales que lo vinculan como artista, pero que también nos conciernen a todos. El crítico David García Casado ha destacado que en la obra de Verano “se manifiestan imágenes de presencia y ausencia, de vulnerabilidad, pero también de protección”, mientras que el escritor Nilo Palenzuela ha señalado la fragilidad inherente a su trabajo, describiéndolo como un proceso de transformación constante.