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07 oct 2025

El museo TEA inaugura esta semana una exposición sobre la caricatura de Harry Beuster

La muestra, que forma parte del Salón del Cómic de Tenerife, ilustra la dualidad del humor gráfico como arte de quiosco y museo a la vez

El museo TEA Tenerife Espacio de las Artes inaugura este viernes (día 10), a las 19:00 horas, en el marco del XXII Salón Internacional del Cómic y la Ilustración de Tenerife, la exposición Harry Beuster: Humanizar la geometría. Esta muestra, que podrá visitarse de manera gratuita hasta el 9 de noviembre, busca ilustrar la caricatura de Harry Beuster (Santa Cruz de Tenerife, 1931-2010) dejando patente la dualidad de la caricatura como arte impresa/documento y arte original y reconociendo el compromiso del artista con su disciplina. Integrada por cuarenta piezas, la mayoría provenientes de los herederos de Harry Beuster y de la Fundación Cine + Cómics y también alguna de la Colección de TEA, Harry Beuster: Humanizar la geometría, comisariada por José Manuel González Reyes y Carlos M. Rodríguez ‘Carlines’, estará abierta de martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas.

El humor gráfico siempre ha ocupado una posición peculiar en el mundo del arte. Más acostumbrado a la prensa que a las salas de museo, es quizás el arte más cercano a la gente de a pie. Sumado a su naturaleza cómica, que no por ello menos seria, ha sido siempre relegada a un mero divertimento vulgar. La caricatura en particular sufre aún más este estigma: como arte que se asocia a entretenimiento de turistas y como burla grotesca de los rasgos del retratado. Harry Beuster fue uno de los mayores exponentes que surgieron en contraposición a todos estos prejuicios.

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Como uno de los pilares del movimiento vanguardista de caricaturas que surge en España en la década de los 50, de la mano de Luis Lasa y Paco Martínez, Harry Beuster fue un fiel defensor de un nuevo modelo de caricatura. Para Beuster, la caricatura no debía consistir en una burla mimética, no debía buscar, por medio de la exageración, el convertir al sujeto retratado en un grotesco hazmerreír. Lo que más interesaba a Beuster era el fuero interior del individuo: el cómo generar mediante el uso del color y líneas simples una imagen anímica de una persona, un retrato del alma. Mediante la geometría y la metáfora se consigue recrear una semblanza de la persona más fiel y vivaz que cualquier calco.

Se crea en aquel entonces además de la guerra perenne entre la caricatura y las artes hegemónicas, un nuevo frente: el de la nueva caricatura contra la antigua. Los proponentes del modelo tradicional de la caricatura veían en la caricatura de vanguardia una negación de su trabajo y, bajo su punto de vista, un malentendido fundamental de lo que la caricatura debía ser.

Por su parte, los miembros de la vanguardia de la caricatura intentaron legitimar su visión tanto en España como en el extranjero realizando numerosas exposiciones colectivas y participando en concursos y certámenes. Beuster destaca también en este apartado, representando a España en las bienales humorísticas de Ancona, llegando a ganar con El Rapto de Europa (1993), y promoviendo y compitiendo en los certámenes de Santa Cruz, uno de los cuales ganó con la caricatura de Isabel la Católica. Además de las exposiciones y los certámenes, Beuster como tantos otros caricaturistas, colaboraba con el periódico El Día, con una prolífica sección dominical titulada Galería de Arte de Harry Beuster.

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