Mujeres jugando al Golf en el Sur de Tenerife

“El debate en torno a los peligros que acarrea modificar un entorno vuelve a plantear el viejo tema de la relación entre arquitectura, paisaje y turismo. Las medidas medioambientales buenas para el turismo no lo son necesariamente para el territorio. Equiparar de forma ecológica una zona turística no implica necesariamente la expansión indiscriminada de campos de golf que agotan los acuíferos, salinizándolos. El consumo de suelo y agua, dos recursos esenciales en el archipiélago pueden producir un impacto significativo ni no se planifica y evalúa la implantación de nuevos campos de golf. Además hay que tener también en cuenta la capacidad que posee un territorio para almacenar instalaciones de servicios de esa magnitud y de una escala no siempre proporcional a la realidad local.

En la obra Campos de Golf se muestra una de esas “burbuja turística” ubicada en medio de cualquier territorio. Ejemplo elocuente del desequilibrio paisajístico, se vende como instrumento modelador del territorio, dando así una apariencia ambiguamente ecológica. No obstante, se oferta como “turismo verde” o “turismo de naturaleza”, términos que son utilizados normalmente como instrumento de mercado cercanos a la estrategia comercial. Las nuevas consignas del marketing especulan con el entorno hablándonos de su preocupación por la ecología y de su apoyo a este nuevo turismo. Nada más lejos de la realidad porque, una filosofía radicalmente preservativa acabaría a la larga necesariamente enfrentada a una grave contradicción interna: lo que supone limitar una actividad cuya existencia es, fundamentalmente, la de ser un negocio.”

[Fragmento extraído del texto “Turismo a la carta” de Clara Muñoz, en el catálogo de exposición TF-21. Iván Ballesteros. Anna Kanai. Estrella Muti. José Luis Pérez Navarro. Magnolia Soto. Carmelo Vega. Centro de Fotografía Isla de Tenerife, Organismo Autónomo de Museos y Centros, Cabildo Insular de Tenerife, 2006]