03 jul 2019
'Escenas frente al mar' y 'Aequador'
TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta este miércoles [día 3] a las 19:00 horas, dentro del ciclo de cine Gonzalo González: desplazamientos, aperturas, miradas desde el cine, Escenas frente al mar (Japón, 1991), de Takeshi Kitano, y Aequador (Francia, 2012), de Laura Huertas Millán. Este ciclo ofrece un recorrido de provocaciones y preguntas que invitan a dialogar con la exposición Estar aquí es todo. Las películas se pasan en versión original con subtítulos en español. La entrada a esta proyección es de acceso libre.
desplazamientos / aperturas / límites / miradas / espacios
Las películas que conforman este ciclo -diseñado y coordinado por el profesor titular de Estudios Hispánicos y Estudios Visuales de la Universidad de Durham, Francisco-J. Hernández Adrián- representan un compendio o un atlas audiovisual de relaciones y complicidades afectivas que resuenan con diferentes aspectos de la obra de Gonzalo González.
desplazamientos / aperturas / límites / miradas / espacios
Las miradas del artista y del director de cine se construyen desplazando y viajando, y nos invitan también a desplazarnos, detenernos y reconocer el lugar familiar, nuevo o remoto. Este ciclo de largometrajes y cortos ofrece un recorrido de provocaciones y preguntas en torno a las nociones de desplazamiento, apertura, límite, mirada y espacio que invitan a dialogar con la exposición dedicada a Gonzalo González, Estar aquí es todo, en TEA Tenerife Espacio de las Artes, entre el 20 de junio y el 20 de octubre de 2019.
La idea de la apertura, fundamental en la fotografía y en el cine, aparece por todas partes en la obra de Gonzalo González como una larga y variada interrogación: ¿cómo miramos y qué buscamos encontrar cuando nos acercamos sensorialmente al mundo y a la vida íntima de los objetos? ¿Cómo se abre o cierra el campo de nuestra percepción de estar aquí cuando vemos y sentimos a través del arte? La obra de Gonzalo González nos plantea estas preguntas para que participemos en una conversación libre y experimental con otras formas artísticas, otras maneras de mirar y otras tecnologías de la imagen.
Fotograma de Aequador
En este ciclo se establecen relatos de continuidad y discontinuidad que se hilan en torno a una trama mínima: un bastidor donde se cruzan los ecos de la memoria de Gonzalo González, que en los años 70 y 80 investigaba con el cine (el gran cine de autor de la pantalla grande, con frecuencia en blanco y negro) algunos de los conceptos que atravesarían amplias zonas de su obra hasta quedar reflejados en Estar aquí es todo. La mirada, el desplazamiento, los espacios y territorios del mundo, la apertura, el límite, el corte o la intervención del corte sobre la imagen siempre inestable de diversas tradiciones artísticas entran en juego en los contextos audiovisuales que propone este ciclo.
En dos películas que marcaron particularmente a Gonzalo González – Ordet (La Palabra) (1955) de Carl Theodor Dreyer y El espejo (1975) de Andrei Tarkovski – el estilo (herramienta punzante) consiste en una práctica de escisión y construcción de enclaves materiales y espacios sonoros que desplazan, reduciéndolos o amplificándolos, la mirada, el repertorio de las experiencias sensoriales, la escucha y la voz del artista-director que trabaja y sueña haciendo arte, como en un desvelo cargado de visiones. Los demás largometrajes y cortometrajes de este ciclo representan un compendio o un atlas audivisual de relaciones y complicidades afectivas, acuáticas y litorales que resuenan con diferentes aspectos de la obra de Gonzalo González.
Estas películas incitan al viaje y a la meditación sobre las relaciones entre espacios, comunidades y memorias que se sitúan de manera precaria a través de diferentes espaciotiempos, medioambientes y atmósferas sensoriales. La inmersión en experiencias sensoriales afectivamente distantes responde en parte al profundo interés de Gonzalo González por las prácticas artísticas de Asia. Dos películas del ciclo transcurrent en una isla minúscula y en una playa de surferos en Japón. Otras proyecciones nos desplazan a parajes fluviales de la costa del Pacífico y el interior sudamericanos. Y a contextos cercanos e inquietantes, como el de la batalla contra los excesos del turismo y los intereses corporativos en Venecia. A través de sus diferentes escalas y velocidades, géneros y atmósferas, todas estas películas nos permiten avanzar hacia la orilla en constante y reflexiva transformación de la obra de Gonzalo González: “estar aquí es todo”.
Escena frente al mar, Takeshi Kitano, Japón, 1991 (101 mins)
Aequador, Laura Huertas Millán, Francia, 2012 (19 mins)
Escena frente al mar, del japonés Takeshi Kitano, es una película abierta a múltiples y lúdicas aproximaciones, rica en sutilezas afectivas y estéticas. Ligera y camp, nos convida al juego y a la empatía con personajes excéntricos que viven a la orilla del mar, inmersos en la música del extraordinario compositor Joe Hisaishi (Mamoru Fujishawa). Esta película plantea una visión alternativa y queer de las relaciones entre los géneros, la masculinidad, la comunidad y el deporte de competición.
En Aequador, la mirada singularmente elocuente de la artista y directora de cine combiana Laura Huertas Millán viaja, lee, recuerda y transforma la ruina carcomida por la selva y el río de un extremo tropical de Sudamérica, interrogando el trayecto y la consciencia de “estar aquí”, y reflexionando sobre el valor de revisitar una serie enclaves extrañamente futuristas y arruinados de. Los paisajes sonoros y la voz agudizan en este cortometraje la interrogación por el sentido de los espaciotiempos de la utopia arquitectónica al límite del estado nación.
[Texto de Francisco-J. Hernández Adrián, Durham University]
INFORMACIÓN Y HORARIO:
Salón de Actos (Planta 2) consulta el mapa
03 jul 2019. 19:00
Tlf: 922 849 090 (De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas)
Entrada: Libre