Retrato de muchacha
ORAMAS, Jorge
1934
Técnica: Óleo sobre lienzo
Medidas: 45 x 37 cm
Número de registro: TEA1999-017
Colección TEA Tenerife Espacio de las Artes Cabildo Insular de Tenerife
Jorge Oramas (Gran Canaria 1911 – 1935) es uno de los artistas más relevantes que la pintura canaria ha dado a las vanguardias españolas de los años veinte y treinta del siglo XX. Su prematura muerte truncó uno de los caminos con mayor proyección del arte canario de preguerra. En su obra prevalece el trazado elemental, primitivo, además del empleo de colores intensos como reflejo de la luz atlántica. La mayoría de sus obras son retratos y representaciones del paisaje canario cargado de luminosidad y de una rara intensidad lumínica. De ahí que se la haya merecido el calificativo de metafísico solar, tal y como lo denomina el crítico Juan Manuel Bonet. El pintor José Jorge Oramas nace en Las Palmas de Gran Canaria el 9 de noviembre de 1911. En 1928 se inicia en el oficio de barbero y pinta en sus ratos libres de manera autodidacta. Al año siguiente ingresa en la Escuela Luján Pérez, donde coincide con la denominada generación indigenista del arte canario: Felo Monzón, Juan Márquez y su hermano Miguel, Santiago Santana, Juan Ismael, Rafael Clarés y los escultores Plácido Fleitas, Eduardo Gregorio y Juan Jaén. Oramas inmortaliza enclaves privilegiados del paisaje grancanario: Marzagán, Tafira, Tirajana y los Riscos de San Nicolás y de San Roque; lugares que avistaba desde su habitación del hospital San Martín a donde llega, enfermo de tuberculosis. Esta misma enfermedad terminó con la vida de su madre y acabaría igualmente con la suya con tan solo con veinticuatro años. En 1934 el pintor fue trasladado al Centro Psiquiátrico de Tafira. Su obra –su generación– define una de las trayectorias más celebradas del arte canario del primer tercio del siglo XX, cuya interpretación crítica no deja de plantearnos, aún hoy, múltiples interrogantes.
"El trabajo de Jorge Oramas se caracteriza por la improvisación y la espontaneidad. Su carácter intuitivo se manifiestaen el empleo original de la técnica. prefiere los colores planos, sacados directamente de la paleta. Su dibujo es conciso, de líneas ligeras. la sensación de primitivismo de dimana de estas obras es tal que Domingo Doreste las define como el resultado de un estado de inocencia, exento de elucubraciones".
[Josefa Alicia Jiménez Doreste. Fragmento extraído de la monografía El pintor José Jorge Oramas (1911-1935)", Sevicio de publicaciones de la Caja general de Ahorros de Canarias, nº 122; col. arte, nº 13; Santa Cruz de Tenerife, 1987].
"En Oramas -lo hemos dicho en otra ocasión-, todo está en un interminable mediodía del ojo. En esta pintura, la luz no ciega: talla. Al hacerlo, esta realidad iluminada parece reenviar esa luz a otro lugar, mediante un sutil proceso de selección y reducción de datos, una estructuración de rara economía y equilibrio. Esa luz nos parece iluminante porque, a través de la operación pictórica, las imágenes no se limitan a recibir la luz, sino que al mismo tiempo la conducen hasta otro tiempo, un tiempo suspendido. El instante se eterniza. El acto de seleccionar, reducir, equilibrar, ordenar -esencial en esta pintura-, constituye en sí mismo un acto creador, una operación iluminadora, dadora de luz".
[Andrés Sánchez Robayna. Fragmento extraído del libro Jorge Oramas o el tiempo suspendido, Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2018].