TEA Tenerife Espacio de las Artes recupera los trabajos de Bourdarel, Mréjen e Lévénez en 'Recherchez les femmes!!!'

Katia Bourdarel explicó que su trabajo parte de la "conciencia y de la conciencia colectiva" y que en ellos "los cuentos" juegan un papel fundamental. "Me interesan los mitos y los estereotipos que hay en ellos", reconoció la artista que en sus videocreaciones les otorga a estos cuentos "otra perspectiva" y los "deconstruye". "Uso la deconstrucción de esos estereotipos, que muchas veces se trasmiten a través de la palabra de madres a hijas, para construir una nueva identidad que va en relación al género", detalló la creadora en cuyas obras "está muy presente la ironía y el sentido del humor".

A través de esta muestra, se pone en valor como en la actualidad, los discursos visuales desarrollados por las creadoras desde ópticas de género son algunos de los aportes, tanto teóricos como prácticos, que han supuesto un mayor revulsivo del mundo artístico, provocando en las últimas décadas nuevos planteamientos y ópticas en las artes visuales en general y en el audiovisual en particular. En el área artística audiovisual -que se extiende desde el cine más experimental y expandido hasta el videoarte- las creadoras han llevado a cabo unas profundas e interesantes indagaciones discursivas desde diferentes y nuevas ópticas y visiones.

En estas visiones, el cuerpo, la violencia, las identidades genéricas y sus deconstrucciones y reconstrucciones, las relaciones afectivas, el binomio sexo-amor, las relaciones íntimas, personales y familiares, la ubicación y papel de las mujeres en la sociedad, tanto en el ámbito público como en el privado, así como los estereotipos y clichés de comportamiento, entre otras temáticas, han sido los puntos generales en los cuales se han centrado mayoritariamente para elaborar sus trabajos artísticos.

En los últimos años se ha producido una enorme eclosión de mujeres artistas en el circuito y contexto de las artes visuales, y con una especial acentuación en el de los audiovisuales. Unas artistas que, en su mayoría, tienen en cuenta en sus obras, entre otras muchas cuestiones, la pertenencia a una identidad genérica construida socio-culturalmente e impuesta a las mujeres, es decir "lo femenino oficial" como norma generalizada del comportamiento de aquellas.

Una identidad y unos roles construidos e impuestos históricamente que incluían unos comportamientos y actitudes a los que las mujeres se han visto abocadas a cumplir y que, desde el siglo XX, fundamentalmente en las últimas décadas, han sido superados, transformados, y ampliados por unas nuevas gamas de formas de vida, planteamientos, formas de sentir y hacer, y de enfrentarse a la propia vida, a la colectiva y a la privada, y a las relaciones entre ambas, que han supuesto innovadoras, liberadoras y plurales formas de ser mujeres en el mundo.

Katia Bourdarel (Marsella, 1969)

Utiliza en sus trabajos la ironía y el sentido del humor para deconstruir muchos estereotipos femeninos que han estado, y aún están presentes, en el interior de nuestras mentes y en nuestros comportamientos. Para ello, crea unas divertidas narraciones cargadas de un corrosivo y aplastante humor que desestructura el significado habitual de las iconográficas preexistentes, muchas veces cuentos, de los que se apropia, para -cambiando parte de su mensaje- otorgar significados absolutamente distintos. Bourdarel cuestiona el mundo de la cultura popular y los cuentos infantiles para niñas, llenos de hadas, y de pobres e infelices chicas, que son salvadas por príncipes azules.

Además se interesa por los cambios de un estado a otro, por los ritos de paso, como el que va de la infancia a la adolescencia y de ésta, a la edad adulta, de la vida a la muerte o de la inocencia a su pérdida. Pero también por lo que no suele mostrarse, por lo que está oculto como la parte más animal del ser humano, la perversión o la picardía que se esconde detrás de una apariencia inocente, los disimulos de comportamientos y las falsas apariencias que rigen los comportamientos de las sociedades actuales, entre otros.

Para dar vida a su discurso, Bourdarel hace uso de escenarios y ambientes a veces oscuros, enigmáticos o situados entre el terror y el humor ácido, bañado por teatralizaciones cargadas de ironía. No escatima en utilizar personajes, sobre todo femeninos (mujeres, disfrazadas con máscaras, camufladas con trajes, objetos o accesorios) para llevar a cabo juegos en los que en una primera apariencia estas chicas muestran sus lados más seductores. Así, de forma irónica ofrece una deconstrucción de los mitos y leyendas femeninos de la cultura occidental. En sus trabajos, la artista hace confluir la suavidad y la sensibilidad con la crudeza, a través de su interpretación del imaginario popular de cuentos y leyendas, trazando unas narraciones visuales que invitan a repensar el consciente y el inconsciente en toda su complejidad de emociones y de símbolos.

Para esta exposición, se han seleccionado de Bourdarel las videoanimaciones: La danse du papillon (2008); que habla sobre los cambios dolorosos de la infancia a la adolescencia, y sobre la pérdida dolorosa de la inocencia; Résonnance (2005), acerca de distintas generaciones de mujeres, sobre el cuerpo y la pérdida, con el tiempo, del deseo; Glissements (2002), una serie formada por Anastasia, La Belle au Bois dormant, Cendrillon y La Petite sirène y que propone deconstrucciones contundentes y humorísticas de los clichés femeninos de comportamientos de cuatro famosos cuentos; Bambi forever (2004), un personal acercamiento a la desgarradora historia de animación infantil de Bambi, a la alegría, al miedo y al trauma de la muerte, y de nuevo a la pérdida de la inocencia; y, por último, La fuite (2004), una especial huida de una mujer desnuda embarazada camuflada bajo la piel de un burro, transformada y retornando a su lado animal y salvaje.

Valérie Mréjen (París, 1969)

Es escritora, artista plástica, fotógrafa, videoartista y realizadora de cortometrajes. Es autora de tres breves novelas de gran éxito y difusión: Mi abuelo (1999), El Agrio (2001) y Eau sauvage. En 2006 publicó Pork and Milk, un ensayo/documental en forma de libro-dvd que alcanzó un gran éxito en su país. La artista expande sus medios de expresión para explorar mejor las posibilidades del lenguaje. Se inspira en sus recuerdos, en la infancia y sus memorias, en los acontecimientos cotidianos, y detalles crueles o irónicos de su vida.

Suele mezclar diferentes tipos de relatos que vuelve a escribir y acomodar para luego trabajar con actores o personas de su entorno. Planos fijos, actores que no intentan actuar, fondos neutros y diálogos en los que no se habla de cosas extraordinarias, son los elementos constantes en sus vídeos. Unos audiovisuales, hibridados a menudo entre la realidad y la ficción, construidos con tintes irónicos y tonos poéticos.

De sus obras audiovisuales, se integran en esta muestra: Leur histoire (2014), que acerca al espectador a una conversación de un hombre y una mujer sobre sus propias vidas mientras ojean, en paralelo, imágenes estereotipadas de lugares y ciudades de tarjetas postales; en Manufrance (2006), construye el vídeo con imágenes de catálogo Manufrance de los años 70, para contar la jornada ideal de un ama de casa; mientras que en Exercice de fascination au milieu de la foule (2011) retrata a las Shibuya gals, chicas japonesas de looks modernos extravagantes en medio del barrio Shibuya de Tokio. En Capri (2008) muestra a una pareja que discute al ritmo de replicas entresacadas de repertorios de series televisivas, como lugares comunes absurdos; y en Ils respirent (2008) ocho personajes se suceden casi inmóviles, mientras voces en off hablan a modo de voces interiores

Isabelle Lévénez (Nantes, 1970)

Vive en Trélazé y enseña desde el 2001 en la Escuela superior de las Bellas Artes de Angers. Artista multimedia y pluridisciplinar, trabaja con el dibujo, las instalaciones, el vídeo y la fotografía digital. Su trabajo ha sido mostrado en numerosas exposiciones tanto individuales como colectivas en diferentes museos y galerías de arte fundamentalmente europeos. Desde 1991, su trabajo explora e interroga sobre el individuo y su relación con el mundo, situándolo siempre entre la realidad y la ficción.

El cuerpo ocupa un espacio central en su obra, y suele ponerlo en escena transformado, enmascarado, fragmentado o difuminado. Incluso en las piezas en las que el cuerpo está ausente de la escena, hay una referencia a él. La artista investiga y explora los espacios y cuestiona la realidad que percibimos. Hace uso de luces especiales azuladas y verdosas que se irradian por el espacio y cubren de misterio los cuerpos, los escenarios y las acciones.