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08 ene 2019

TEA recibe una importante donación de obras fotográficas y audiovisuales de la Colección Ordóñez-Falcón (COFF)

Los fondos de la colección privada de fotografía más importante de España se integran de manera definitiva a TEA Tenerife Espacio de las Artes donde se encontraba depositada

El Cabildo de Tenerife ha recibido una importante donación de obras fotográficas y audiovisuales de la Colección Ordóñez-Falcón (COFF), la colección privada de fotografía más importante de España y una de las mejores de Europa. El presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso; el director insular de Cultura y Educación, José Luis Rivero; el director artístico de TEA Tenerife Espacio de las Artes, Gilberto González; y los coleccionistas Enrique Ordóñez e Isabel Falcón, dieron a conocer hoy [martes 8] este acuerdo que posibilita que este conjunto de obras -compuesto por más de un millar de piezas fotografías y de videocreación- se integre de manera definitiva a la Colección de TEA Tenerife Espacio de las Artes donde se encontraba depositada desde 2009.

Carlos Alonso destacó la importancia de esta cesión y agradeció a la familia Ordóñez Falcón su enorme generosidad. “Tener esta colección en la Isla, en TEA, es una herramienta prodigiosa que va a permitir que este centro de arte siga ofreciendo en el futuro numerosas posibilidades, tanto a la hora de hacer exposiciones como a la de realizar intercambios con otros centros”, afirmó el presidente del Cabildo quien además resaltó que la Colección COFF ofrece “una visión conjunta de la fotografía del siglo XX”. “Ahora tenemos un gran reto, darle a esta colección una visión global. La Colección COFF está en TEA pero es para todo el mundo”, apostilló Alonso.

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Por su parte José Luis Rivero también quiso mostrar su gratitud a Enrique Ordóñez e Isabel Falcón por la cesión de esta colección que está valorada en más de ocho millones de euros. Durante su intervención detalló que los propietarios de dicha colección, Enrique Ordóñez e Isabel Falcón, han donado al Cabildo un conjunto de obras fotográficas y audiovisuales, por un valor total de 3.443.000 €. Asimismo, explicó que el acuerdo contempla la cesión en depósito para su uso en los distintos tramos expositivos y actividades de TEA otro lote de obras (pertenecientes a la colección familiar Ordóñez-Falcón) por un valor de 2.560.000 €, y una última donación de un tercer bloque de obras audiovisuales valoradas en 414.700 €. Por último, el Cabildo adquiriría, en un plazo de diez años, un último bloque de esta importante colección de fotografía y vídeo, valorado en 2.300.000 €.  

El responsable de Cultura del Cabildo subrayó la importancia de la Colección COFF, que destaca “tanto por el número de piezas y series fotográficas que la componen así como por la excelencia de las obras coleccionadas y que abarca un amplio espectro de autores y autoras y periodos cruciales en el desarrollo de la fotografía del siglo XX”. “Esta colección establece unas líneas de desarrollo que constituye una historia de la fotografía. Y es que en ella se encuentran representadas las principales corrientes fotográficas del pasado siglo y de sus protagonistas”, agregó José Luis Rivero. Además de destacar las bondades de esta colección, Rivero valoró de manera especial “el mimo exquisito que ha tenido la familia a la hora de hacer esta colección”.

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Gilberto González, quien valoró el hecho de que una colección de esta envergadura se quede en la Isla, consideró que la “Colección COFF es vital para entender el siglo XX”. A través de las obras de la Colección COFF podemos trazar una genealogía histórica de lo que somos como sociedad. La COFF, su cuidada selección, sirve para explicar la Historia del Arte, la Historia de la Fotografía y lo que somos como sociedad”, añadió el director artístico de TEA quien adelantó que algunas de las obras de esta colección formarán parte de la exposición Crisis?, What Crisis? Capítulo 3, que se podrá ver próximamente en TEA.

Enrique Ordóñez explicó que la razón por la cual la Colección COFF se encuentra en TEA desde hace una década es por el interés que este centro de arte ha mostrado siempre por ella. “En estos diez años no hemos tenido más que satisfacciones”. Añadió que, desde que iniciaron esta colección en los años 70, una de las premisas que tenían es que querían que esta colección se viera, que se mostrara y subrayó que TEA ha cumplido con este objetivo.

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Desde 2009, TEA Tenerife Espacio de las Artes ha organizado una veintena de exposiciones con obras de la Colección COFF, algunas de las cuales se realizaron exclusivamente con obras de la COFF. “Valoramos la capacidad que a lo largo de estos años ha tenido TEA de ofrecer y de dar distintas interpretaciones a estas colección”, afirmó Ordóñez quien señaló que gracias a algunas de las exposiciones celebradas en TEA con las obras de la COFF “ha podido descubrir algunas obras de la propia colección”.

“No perdemos las obras, sino que ganamos un espacio donde poder velas siempre”, apostilló el coleccionista que considera además que la insularidad aporta un mayor a valor a la Colección y que resaltó que la COFF “tiene uno de los mejores fondos de las Vanguardias españolas y europeas”. Además Enrique Ordóñez adelantó que en breve TEA recibirá un nuevo depósito con las obras que han adquirido en estos últimos años y que también pasarán a formar parte de la Colección de TEA.

Remarcó Rivero que la Colección COFF -cuyas obras que aparecen bien catalogadas en importantes libros de arte y catálogos de exposiciones- es “una herramienta importantísima para un centro artístico como este, ya que nos permite seguir relacionándonos con otros museos y centros de arte nacionales e internacionales como la National Gallery, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Centre Georges Pompidou o el Fotomuseum Winterthur” a donde ya ha viajado la Colección COFF gracias a préstamos realizados por TEA. “La presencia de la Colección COFF en TEA posibilita seguir estableciendo itinerancias expositivas fuera de Canarias, reforzando así la presencia y la imagen de TEA en el exterior y abriendo un amplio horizonte de expectativas”, afirmó.

Durante este acto, José Luis Rivero recordó además que TEA recibió esta colección en 2009. Llegó a este centro de arte contemporáneo a modo de depósito y aquí se reagrupó y reunió un conjunto de obras fotográficas que había sido depositado inicialmente en distintos centros de arte públicos, especialmente en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), en el Centro-Museo Vasco de Arte de Contemporáneo de Vitoria (ARTIUM), así como en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) y en el Centro Gallego de Arte Contemporáneo (CGAC) de Santiago de Compostela.

Esta Colección, ligada a TEA durante sus primeros diez años de vida, se ha exhibido en diferentes ciclos expositivos de TEA y ha propiciado el desarrollo de diferentes actividades sobre la significación del lenguaje fotográfico en el siglo XX. Asimismo, distintos centros de arte de las Islas se han beneficiado de la presencia de la Colección COFF en TEA, pues varias de las exposiciones producidas por TEA han tenido ocasión de viajar a centros como el CAJI en Fuerteventura, el MIAC (Centro de Arte Contemporáneo de Lanzarote) o el Centro de Arte La Regenta de Las Palmas de Gran Canaria.

Además resaltó José Luis Rivero que la Colección COFF ha estado presente y ha sido fundamental en las últimas ediciones de Fotonoviembre, ya que ha permitido contextualizar y referenciar el trabajo de muchos creadores contemporáneos en relación con históricos de la fotografía.

Tener la Colección en TEA ha supuesto numerosas ventajas y beneficios como el de poder desarrollar distintas exposiciones y actividades a lo largo de los últimos diez años. No solo se ha nutrido de ella el Centro de Fotografía Isla de Tenerife -que anualmente ha llevado a la programación de TEA una muestra específica de esta Colección- sino que también distintas exposiciones con fondos de la Colección TEA han sumado obras de COFF a su discurso expositivo. Además, disponer de este importante fondo fotográfico en TEA ha permitido evitar cuantiosos gastos derivados del transporte de obras y préstamo de otros museos e instituciones.

También conviene subrayar el hecho de que la presencia de distintos fotógrafos de vanguardia en la Colección COFF contribuye a la contextualización de la Colección Óscar Domínguez del Cabildo, pues en ella se encuentran diversas obras fotográficas a las que difícilmente se podría acceder actualmente en el mercado del arte actual ya que se trata de autores pertenecientes a las corrientes de experimentación de las denominadas Vanguardias Históricas, en su mayor parte, difíciles de encontrar, de un alto valor económico, y que rara vez salen a subasta.

Por otra parte, la presencia de la Colección COFF en TEA permitirá al público insular un mejor conocimiento de la fotografía concebida en su dimensión artística y contribuiría a la familiaridad del público con los principales protagonistas de la historia de la fotografía del siglo XX.

La Colección COFF

La Colección COFF se corresponde con un período temporal amplio; desde principios de la década de 1920 hasta los primeros años de 2000, siendo las piezas más antiguas varias obras de Man Ray, Alexander Rodchenko y Cunningham de 1920; y las más cercanas al presente, diversas obras fotográficas de Ignacio Aballí y Juan Urrios de 2002; de 2004 de la fotógrafa Jocelyne Alloucherie, o incluso de 2004-2005 de Hannah Collins.

En líneas generales se aprecian en la Colección COFF varios ejes que la vertebran: la fotografía experimental y de vanguardia, los nuevos realismos, el retrato contemporáneo y la fotografía de arquitectura. Junto a estos grupos temáticos cabría subrayar los discursos que abordan el alcance de la fotografía y de la imagen contemporánea como lenguaje en el contexto del mundo contemporáneo, entre os que destacan los trabajos de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera.

En la Colección COFF se encuentran representadas las principales corrientes fotográficas del siglo XX y de sus protagonistas. En este sentido destaca la presencia de varios fotógrafos de las vanguardias europeas de los años veinte y treinta como Robert Disraeli, Jaroslav Fabinger o Alexander Rodchenko; los surrealistas Brassai, Georges Hugnet y el checo Styrsky; piezas que actualmente no se encuentran en el mercado del arte como las de Dora Maar, Sasha Stone o el  vanguardista Catala Pic; y una representación importante de las fotografías experimentales de Man Ray, que vienen a sumarse a las otras tres existentes en la colección TEA que fueron adquiridas en su momento en el discurso de la contextualización de la Colección Óscar Domínguez y la Exposición Internacional del Surrealismo celebrada en la parisina Galerie de Beaux-Arts (1938).

Asimismo, constituye un capítulo de excepción la presencia de la fotografía norteamericana, desde los artistas de los años treinta Berenice Abbot y Evans Walker; la contribución del fotógrafo del mediosiglo William Klein, hasta llegar a otros destacadísimos nombres de la tradición norteamericana, entre ellos Stephen Shore -quien expuso en el MoMA con tan solo 24 años y cuya influencia de sus escenas norteamericanas no ha dejado de condicionar nuestra percepción de aquel país-; el espiritualista de la Naturaleza Ansel Adams, o la ya clásica serie de fotografías de Richard Prince. También destacan en esta misma tradición -y en los autores que integran esta colección- los nombres de la espectacular serie mínima de Duane Michals, The fallen angel (1968); las obras de Evelyn Hofer o, incluso, las sorprendentes fotografías de Joel-Peter Witkin; tradición a la que se podría sumar la presencia de fotógrafo norteamericano de origen inglés Paul Graham.

Por otra parte, es muy significativa la presencia de diversas obras de los fotógrafos de la Escuela de Diisselorf: Andreas Gursky, Candida Höfer, Axel Hitte, Sigmar Polke, Thomas Struth, e incluso Thomas Ruff. Asimismo, llama la atención la presencia de los fotoconceptualistas de la Escuela de Vancouver, de la que se encuentran representados en esta Colección importantes obras de Roy Ardey, Ken Lum, Jeff Wall e lan Wallace.

A todo ello se suma otro capítulo realmente excepcional, protagonizado por la fotografía española, representada por diversos nombres, de entre los que podríamos destacar fotógrafos de la categoría de Gabriel Cualladó -Premio Nacional de Fotografía en 1994- y otros de reconocido prestigio internacional como Jorge Ribalta, Xavier Rivas, Andrés Serrano, Valentín Vallhonrat o la también pintora Carmen Calvo. La presencia de Joan Fontcuberta resulta más que remarcable, representado en la Colección COFF con varias series fotográficas de gran relevancia. Otro episodio es el que se refiere a un grupo de autores de un indiscutible prestigio internacional como son el nórdico Esko Mánnikkó, de quien esta colección posee una muy buena representación.