12 mar 2011
Lars Behrendt explora en TEA el concepto de isla así como sus múltiples posibilidades
Para el arquitecto alemán Lars Behrendt (Stuttgart, 1980) la isla "es un ejemplo de un mundo en miniatura" y partiendo de esa premisa está construyendo en TEA Tenerife Espacio de las Artes la suya propia. Lo está haciendo usando materiales reciclados y también la está levantando con las ideas que diversas personas le han cedido, algo que le ha ayudado a ver las múltiples visiones de isla que tiene la gente que ha nacido en alguna de ellas y compararlas con las de quienes provienen de un continente. 'La posibilidad de una isla' es el título del proyecto que Lars Behrendt ha ideado para 'Arterias visuales', una iniciativa que puede visitarse de manera gratuita en TEA Tenerife Espacio de las Artes hasta el 10 de abril y que ha convertido una de las salas de exposiciones de este centro de arte del Cabildo de Tenerife en un lugar para el diálogo, para el trabajo y para la contemplación de la obra en proceso.
"Las islas son como mundos en pequeño y quería explorar esa idea. La isla tiene muchos mitos, muchas leyendas y muchos temas", puntualiza este arquitecto que explica que esta idea, de diseñar con la colaboración y las sugerencias del público visitante una isla ficticia y simultáneamente construirla en modelo a escala que ocupe parte de la sala de exhibición, surgió cuando empezó a vivir en La Palma hace algo más de un año. Acostumbrado a vivir en una de las grandes ciudades del continente europeo, Lars Behrendt empezó a sentir las diferencias existentes entre estos territorios. "Quería comparar la imagen y la idea que una persona como yo, que nació y se crió en Alemania, tiene de una isla con la de quienes viven en ella", agrega.
Consciente de que "el modelo de la arquitectura tiene mucha fuerza", Behrendt está haciendo uso de ella para levantar su propia isla. "Quiero hacer algo emocional y lo estoy haciendo con materiales usados. Además, la idea del principio se puede ir modificando, puede ir creciendo y asentándose con el tiempo", continúa el arquitecto que está empleando materiales de lo más diversos como maderas, botellas de plástico, telas y hasta una jaula. Y, mientras construye su isla, en una pared de la sala descubre al visitante el concepto y las premisas que aparecían en su proyecto original, ese que diseñó para TEA y que hizo que fuera uno de los siete artistas seleccionados para Arterias visuales. Además, en la sala también se puede ver cómo fue Lotto-Turm, un proyecto anterior que es similar a lo que actualmente realiza en TEA.
El proyecto se completa con la publicación de una revista en la que participan distintos aristas, arquitectos y periodistas de distintas partes del mundo. "La revista es una colección de islas en el mundo. Es una mezcla de lo que he podido encontrar sobre el concepto de isla, desde ficticias hasta otras reales", añade Lars Behrendt quien subraya que "TEA es una plataforma ideal para presentar este proyecto, en el que es fundamental la participación del visitante, que puede opinar y aportar sus ideas". Sobre Arterias visuales destaca que es "una iniciativa muy buena y que el intercambio de opiniones entre artistas y público está siendo muy interesante".
Arterias visuales es un proyecto artístico que permite a los visitantes sentir la obra desde el primer momento de su creación hasta su finalización, ofreciendo de este modo una relación lo más cercana posible entre artistas y público. Los creadores seleccionados trabajan directamente en la sala donde el público tiene la oportunidad de mostrarse activo con ellos, transformando durante este tiempo lo que es un lugar de contemplación en un terreno de realización. Además de La posibilidad de una isla, en Arterias visuales se están llevando a cabo otros seis proyectos: Basado en hechos reales, de Miguel Soler; Halal Love Haram, de Violeta Caldrés; Natural Born Window, de José Cabrera Betancort; Entre miodesopsias y fotoxias, de Juana Fortuny; Theatrum Pictorium, de Rayco Márquez y Javier Corzo; y Colectivo Red, por Élida Dorta, Dea-Woon Kang y Rafael Pinillos.
Para el arquitecto alemán Lars Behrendt (Stuttgart, 1980) la isla "es un ejemplo de un mundo en miniatura" y partiendo de esa premisa está construyendo en TEA Tenerife Espacio de las Artes la suya propia. Lo está haciendo usando materiales reciclados y también la está levantando con las ideas que diversas personas le han cedido, algo que le ha ayudado a ver las múltiples visiones de isla que tiene la gente que ha nacido en alguna de ellas y compararlas con las de quienes provienen de un continente. 'La posibilidad de una isla' es el título del proyecto que Lars Behrendt ha ideado para 'Arterias visuales', una iniciativa que puede visitarse de manera gratuita en TEA Tenerife Espacio de las Artes hasta el 10 de abril y que ha convertido una de las salas de exposiciones de este centro de arte del Cabildo de Tenerife en un lugar para el diálogo, para el trabajo y para la contemplación de la obra en proceso.
"Las islas son como mundos en pequeño y quería explorar esa idea. La isla tiene muchos mitos, muchas leyendas y muchos temas", puntualiza este arquitecto que explica que esta idea, de diseñar con la colaboración y las sugerencias del público visitante una isla ficticia y simultáneamente construirla en modelo a escala que ocupe parte de la sala de exhibición, surgió cuando empezó a vivir en La Palma hace algo más de un año. Acostumbrado a vivir en una de las grandes ciudades del continente europeo, Lars Behrendt empezó a sentir las diferencias existentes entre estos territorios. "Quería comparar la imagen y la idea que una persona como yo, que nació y se crió en Alemania, tiene de una isla con la de quienes viven en ella", agrega.
Consciente de que "el modelo de la arquitectura tiene mucha fuerza", Behrendt está haciendo uso de ella para levantar su propia isla. "Quiero hacer algo emocional y lo estoy haciendo con materiales usados. Además, la idea del principio se puede ir modificando, puede ir creciendo y asentándose con el tiempo", continúa el arquitecto que está empleando materiales de lo más diversos como maderas, botellas de plástico, telas y hasta una jaula. Y, mientras construye su isla, en una pared de la sala descubre al visitante el concepto y las premisas que aparecían en su proyecto original, ese que diseñó para TEA y que hizo que fuera uno de los siete artistas seleccionados para Arterias visuales. Además, en la sala también se puede ver cómo fue Lotto-Turm, un proyecto anterior que es similar a lo que actualmente realiza en TEA.
El proyecto se completa con la publicación de una revista en la que participan distintos aristas, arquitectos y periodistas de distintas partes del mundo. "La revista es una colección de islas en el mundo. Es una mezcla de lo que he podido encontrar sobre el concepto de isla, desde ficticias hasta otras reales", añade Lars Behrendt quien subraya que "TEA es una plataforma ideal para presentar este proyecto, en el que es fundamental la participación del visitante, que puede opinar y aportar sus ideas". Sobre Arterias visuales destaca que es "una iniciativa muy buena y que el intercambio de opiniones entre artistas y público está siendo muy interesante".
Arterias visuales es un proyecto artístico que permite a los visitantes sentir la obra desde el primer momento de su creación hasta su finalización, ofreciendo de este modo una relación lo más cercana posible entre artistas y público. Los creadores seleccionados trabajan directamente en la sala donde el público tiene la oportunidad de mostrarse activo con ellos, transformando durante este tiempo lo que es un lugar de contemplación en un terreno de realización. Además de La posibilidad de una isla, en Arterias visuales se están llevando a cabo otros seis proyectos: Basado en hechos reales, de Miguel Soler; Halal Love Haram, de Violeta Caldrés; Natural Born Window, de José Cabrera Betancort; Entre miodesopsias y fotoxias, de Juana Fortuny; Theatrum Pictorium, de Rayco Márquez y Javier Corzo; y Colectivo Red, por Élida Dorta, Dea-Woon Kang y Rafael Pinillos.