16 ene 2025
El museo TEA proyecta ‘La flor del Burití’, filme que explora las tradiciones y luchas del pueblo Krahô
Este conmovedor drama de João Salaviza y Renée Nader Messora se podrá ver desde mañana (viernes 17) hasta el domingo (día 19)
El museo TEA Tenerife Espacio de las Artes proyecta desde mañana (viernes 17) hasta el domingo (día 19), a las 19:00 horas, La flor del Burití, un conmovedor drama de João Salaviza y Renée Nader Messora que explora las tradiciones y las luchas del pueblo Krahô indígena de Brasil. En esta obra se aprecia la unión de realidad y ficción al coguionizar ambos directores esta historia junto a miembros de la tribu Krahô, entre ellos Ilda Patpro Krahô y Francisco Hỳjnõ Krahô. Al igual que hicieron con su anterior trabajo, El canto de la selva, este nuevo largometraje traslada al espectador a la jungla brasileña para seguir las luchas transgeneracionales del pueblo Krahô frente a las invasiones y opresiones que han sufrido a lo largo de las décadas.
La flor del Burití, que se pasa en versión original en krahô y portugués con subtítulos en español, examina la historia de esta comunidad a través de tres períodos clave que definen su resistencia e inventiva frente a la adversidad. Guiados por sus rituales ancestrales y su profunda conexión con la naturaleza, los Krahô luchan constantemente por su libertad y la preservación de su cultura y su naturaleza. La película explora estos periodos con intensidad dramática y cercanía emocional, ilustrando la perseverancia y el ingenio de la tribu ante los constantes desafíos mediante una fotografía rodada en un exquisito 16mm y un ejercicio de sonido inmersivo y envolvente.
El reparto con actores no profesionales de las mismas comunidades indígenas enriquece dicho título con autenticidad y valentía, subrayando las narrativas personales y colectivas de los Krahô. Asimismo la cinta destaca por su método de narración, que toma las vías de los relatos orales tradicionales y la representación íntima de los ritos y la vida cotidiana de las tribus. De esta manera se invita al espectador a ver el mundo a través de los ojos de estos indígenas, ofreciendo una perspectiva única de su relación simbiótica con la tierra, crucial para su identidad y resistencia.
A través de los ojos de su hija, Patpro recorrerá tres períodos de la historia de su pueblo indígena, en el corazón de la selva brasileña. Perseguidos incansablemente, pero guiados por sus ritos ancestrales, su amor por la naturaleza y su lucha por preservar su libertad, los Krahô no dejan de inventar nuevas formas de resistencia.
João Salaviza (1984) estudió Cine en la Escuela de Teatro y Cine de Lisboa y en la Universidad del Cine de Buenos Aires. Su primer cortometraje, Arena, recibió la Palma de Oro en Cannes (2009), seguido por el Oso de Oro de Cortometrajes de la Berlinale por Rafa (2012). También estrenó los cortometrajes Altas ciudades de hueso (2017) y Russa (2018) en la Competencia Oficial de la Berlinale. Su primer largometraje, Montanha, tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Venecia (Semana de la Crítica) en 2015. Desde entonces vive entre Portugal y Brasil, con los indígenas Krahô. En 2018, El canto de la selva (codirigida con Renée Nader Messora) se estrenó en el Festival de Cannes, recibiendo el Premio Especial del Jurado-Una cierta mirada.
La flor del Burití, que se pasa en versión original en krahô y portugués con subtítulos en español, examina la historia de esta comunidad a través de tres períodos clave que definen su resistencia e inventiva frente a la adversidad. Guiados por sus rituales ancestrales y su profunda conexión con la naturaleza, los Krahô luchan constantemente por su libertad y la preservación de su cultura y su naturaleza. La película explora estos periodos con intensidad dramática y cercanía emocional, ilustrando la perseverancia y el ingenio de la tribu ante los constantes desafíos mediante una fotografía rodada en un exquisito 16mm y un ejercicio de sonido inmersivo y envolvente.
El reparto con actores no profesionales de las mismas comunidades indígenas enriquece dicho título con autenticidad y valentía, subrayando las narrativas personales y colectivas de los Krahô. Asimismo la cinta destaca por su método de narración, que toma las vías de los relatos orales tradicionales y la representación íntima de los ritos y la vida cotidiana de las tribus. De esta manera se invita al espectador a ver el mundo a través de los ojos de estos indígenas, ofreciendo una perspectiva única de su relación simbiótica con la tierra, crucial para su identidad y resistencia.
A través de los ojos de su hija, Patpro recorrerá tres períodos de la historia de su pueblo indígena, en el corazón de la selva brasileña. Perseguidos incansablemente, pero guiados por sus ritos ancestrales, su amor por la naturaleza y su lucha por preservar su libertad, los Krahô no dejan de inventar nuevas formas de resistencia.
João Salaviza (1984) estudió Cine en la Escuela de Teatro y Cine de Lisboa y en la Universidad del Cine de Buenos Aires. Su primer cortometraje, Arena, recibió la Palma de Oro en Cannes (2009), seguido por el Oso de Oro de Cortometrajes de la Berlinale por Rafa (2012). También estrenó los cortometrajes Altas ciudades de hueso (2017) y Russa (2018) en la Competencia Oficial de la Berlinale. Su primer largometraje, Montanha, tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Venecia (Semana de la Crítica) en 2015. Desde entonces vive entre Portugal y Brasil, con los indígenas Krahô. En 2018, El canto de la selva (codirigida con Renée Nader Messora) se estrenó en el Festival de Cannes, recibiendo el Premio Especial del Jurado-Una cierta mirada.
Renée Nader Messora (1979) es licenciada en Cinematografía por la Universidad del Cine en Buenos Aires. Durante quince años trabajó como asistente de dirección en varios proyectos en Brasil, Argentina y Portugal, entre ellos Montanha, primer largometraje de João Salaviza. Fotografió el cortometraje Pohí, a través del cual conoció el pueblo Krahô. Desde entonces, ha estado trabajando con la comunidad, contribuyendo a la organización de un colectivo de jóvenes cineastas que utilizan el cine como herramienta para fortalecer la identidad cultural y la autodeterminación del pueblo Krahô. En 2017 fotografió el cortometraje Russa, dirigido por Ricardo Alves Junior y João Salaviza, que se estrenó en la Competición Oficial de la Berlinale 2018. También en 2018, su primer largometraje, El canto de la selva (codirigido con João Salaviza) se estrenó en Cannes, donde ganó el Premio Especial Premio del Jurado-Una Cierta Mirada.