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30 jul 2018

El ciclo de cine dedicado a Krzysztof Kieślowski prosigue esta semana con 'El aficionado' y 'El azar'

Las películas, que forman parte de un ciclo de cine dedicado a este maestro del cine polaco, se podrán ver este miércoles [día 1] y el jueves [día 2] a las 20:00 horas

TEA proyecta esta semana, dentro del ciclo de cine 100 años de la independencia de Polonia. Krzysztof Kieślowski: un camino a la libertad, dos nuevas películas de este maestro del cine europeo que dejó un valioso legado creativo y humano. El miércoles [día 1], a las 20:00 horas, se podrá ver El aficionado (Amator, 1979) y el jueves [día 2], a la misma hora, se pasará El azar (Przypadek, 1981). La entrada para ver estas películas, que se proyectan en versión original con subtítulos en español, es gratuita previa retirada de las invitaciones en la taquilla de TEA.

El aficionado, Mejor Película en el Festival de Chicago en 1980, es una obra señera de la corriente del llamado “cine de la inquietud moral”. Jerzy Stuhr, Malgorzata Zabkowska, Ewa Pokas y Stefan Czyzewski encabezan el reparto de este filme que tiene como protagonista a Filip Mosz, un proveedor en una fábrica del sur de Polonia que un día compra una cámara para filmar a su hija recién nacida. Pronto descubre el poder del cine y nace en él la vocación de cineasta: de un hombre dedicado a su familia, que apreciaba ante todo paz y tranquilidad, se convierte en un artista comprometido.

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La entrada para ver estas películas, que se proyectan en versión original con subtítulos en español, es gratuita previa retirada de las invitaciones en la taquilla de TEA

Empieza a ganar premios en los festivales de cine amateur, consigue fundar un cineclub en su fábrica, al mismo tiempo, en su afán ingenuo de describir el mundo que le rodea, conoce el precio de la honestidad y los límites de la libertad del artista, se da cuenta de la responsabilidad del director de cine en la Polonia del régimen. Al final entiende que el proceso de la descripción del mundo tiene que empezar por uno mismo.

Kieslowski empezó a rodar El azar -película que se podrá ver en TEA este jueves [día 2]- cuando en Polonia estallaban las protestas de Solidaridad en 1980. La película se estrenó seis años más tarde, en una versión recortada por la censura. La reconstrucción digital por primera vez devuelve a la cinta las escenas eliminadas, permitiendo redescubrir esta gran película, de compleja construcción, que refleja tres posibles destinos de un protagonista determinados por el puro azar.

Witek revive tres veces el mismo tramo de tiempo. Dependiendo de si llega a coger el tren o no, se alistará en las filas del Partido o formará parte de la oposición, en cada una de estas encarnaciones será acusado de traición. En la tercera variante no corre tras el tren, rechaza el compromiso político, ejerce como médico y parece un hombre feliz, realizado, dentro de lo que le permite la vida. Aunque aparentemente los destinos aleatorios del protagonista corroboran la importancia del azar en nuestras vidas, la tesis de Kieślowski sostiene lo contrario, como dice en la entrevista filmada por su colaborador Krzysztof Wierzbicki: “en realidad muy poco depende del azar, del azar depende por dónde vamos, no cómo somos”.

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Este ciclo de cine dedicado a Krzysztof Kieślowski se completa una exposición sobre el cineasta que incluye una muestra de carteles de sus películas y las fotos realizadas por Kieślowski en su época de estudiante. La muestra, que se puede visitar de manera gratuita en la Biblioteca Municipal de Santa Cruz (ubicada en TEA) y en El Cuarto Oscuro de TEA hasta el 2 de septiembre, se compone de tres módulos. La primera es Huellas de la memoria, elaborada por el Museo de Cinematografía de Łódź, que documenta tanto la vida personal como la trayectoria artística de Kieślowski incluyendo en el diseño fotografías, reseñas de periódicos, carteles, numerosas publicaciones, así como material de archivo nunca presentado. En un segundo módulo se exhiben los carteles de las películas de Krzysztof Kieślowski y el tercero es una exposición de fotografías (que se podrá ver en El Cuarto Oscuro) realizadas por el propio Kieślowski cuando estudiaba en la Escuela de Cine de Łódź.

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El ciclo es organizado por TEA Espacio de las Artes, la Asociación Polaco-Canaria ARKA, la Fundación AVA Arts, el Instituto Polaco de Cultura, bajo el patrocinio de la Embajada de la República de Polonia en España. Colaboran: Cabildo de Tenerife, Fundación Proyecto Perfecto, el Museo de Cinematografía de Lodz, Grupo Memento y el Hotel Arona Gran. El proyecto ha sido subvencionado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Polonia y el Instituto Adam Mickiewicz de Varsovia.

Krzysztof Kieślowski (Varsovia, 1941-1996) ingresó en la aclamada Escuela de Cinematografía de Łódź en 1964. La misma escuela que formó a otros grandes cineastas polacos como Roman Polanski, Andrzej Munk, Krzysztof Zanussi o el propio Andrzej Wajda. Kieślowski ingresó en ella en un momento artístico relativamente libre, bajo la tutela del régimen comunista polaco y unido a los más veteranos se encontró inmerso en el movimiento llamado del Cine de la inquietud moral, al que aportó, notablemente, su reflexión sobre el contexto histórico-político de Polonia, hasta finales de los 80.

Al principio realizó trabajos de corta duración centrados en la descripción de rasgos particulares de la sociedad polaca bajo el régimen comunista. En la mayoría de ellos, como en La Oficina (Urząd 1966), La Fábrica (Fabryka 1970), El Hospital (Szpital 1976), Desde el punto de vista de un portero de noche (Z punktu widzenia nocnego portiera, 1977) o La Estación (Dworzec 1980) retrató a varios individuos a partir de sus relaciones personales y profesionales en su entorno laboral. En estos primeros trabajos, Kieślowski enmarcó, fielmente, la vida cotidiana de cualquier ciudadano polaco, de obreros y soldados.

Pero en sus siguientes títulos, y manera progresiva, comenzó a expresar su desencanto y empezó a tener una visión menos pragmática de la realidad, iniciándose en el uso de simbolismos y códigos trascendentales como en El Azar o en Sin fin. La carga moralista en su discurso tuvo su punto culminante en la composición del Decálogo, una obra colosal, compuesta por diez películas de unos 55 minutos de duración media, a partir de los Diez Mandamientos, que realizó para la televisión polaca en el año 1988. El Decálogo fue una majestuosa obra y un éxito de crítica internacional que finalmente reconoció el nombre de Krzysztof Kieślowski y le abrió las puertas de la producción fuera de Polonia, en un histórico momento, clave, en los albores de la caída del régimen comunista.

Tras el Decálogo, Kieślowski da por terminada su etapa plenamente polaca y se concentra en la realización de su primera coproducción en Francia con La doble vida de Verónica en 1991. Dos años más tarde, continua esta etapa con la trilogía Tres colores, basándose en los ideales de la bandera francesa, Libertad, Igualdad y Fraternidad.