Surma, Etiopía, 2005. ET083

Los surma de Etiopía son una tribu de guerreros y pastores, y una de las últimas en el mundo que vive desnuda. Tras un largo acercamiento, Isabel consiguió –y supo- fotografiarlos en una serie de retratos, de detalles del cuerpo, de cuidada pose, de confrontación con las miradas, que refleja un impresionante retablo de un pueblo singular, de su cultura y saber hacer.

A Isabel Muñoz le fascinó el hábito de estos hombres que se marchan a cuidar de sus rebaños en la meseta y dedican el tiempo a decorarse unos a otros. Unas pinturas corporales realizadas con las manos, como caricias gráficas que la mirada de la fotógrafa a su vez acaricia al domesticar la luz. Hierbas, dedos, peines, elementos vegetales sellados inventan paisajes de cuerpos sublimes. La fotógrafa, fiel a su enfoque, pasa con elegancia de instalar en el paisaje estos cuerpos, verdaderas arquitecturas, a reflejar fragmentos sensuales y gráficos. Luego los plasma en unos tirajes de platino de gran formato que vuelven palpables el grano de la piel inscrito en el grano de la fotografía. Todo es sensualidad y superación de la representación, captura de la luz e inscripción de las formas. Como si quisiera demostrar que, por pasión, se puede renovar radicalmente el género de la fotografía etnológica o etnográfica, que podía dar la impresión de haber desaparecido, y afirmar sencillamente que, ajena al exotismo, la fotografía puede seguir existiendo para generar forma, emoción y sentido al margen de nuestros etnocentrismos, al retrotraernos, a su manera, a los inicios de la historia de la Humanidad.

— “Los surmas de Etiopía”, Christian Caujolle