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Recuerdo de la primera montaña

31 may 2024 > 25 ago 2024

Orocobix

Recuerdo de la primera montaña

La exposición Orocobix. Recuerdo de la primera montaña, del artista Jorge González, está curada por Michy Marxuach y puede visitarse hasta el 25 de agosto. Entrada libre

Orocobix es compromisos, y también, es encuentro de formas, materiales, intenciones, voluntades, cosechas, cultivos y tejidos, con y entre seres. Significa algo así como ‘Recuerdo de la primera montaña', compuesto con o = “montaña”, roco = “recordar, conocer” y bi = “vida, principio, primero”. Con este nombrar recordamos nuestro camino, encendemos e intencionamos. Buscamos nutrirnos y nutrir para reactivar la memoria de mucho de lo que el sistema moderno ha distanciado.

Peticionamos a nuestros ancestros de luz y estamos atentos a la escucha de la abuela. Ocama es escucha, Aracoel es abuela. Un fuego sagrado dentro. Sabemos que la radicalidad no solo funciona para fijarnos a la tierra, sino para fijar nuestra resistencia mientras se avalancha la fuerza colonizadora con sus procesos de cementación, destrucción, extracción y dominio. Entremos dentro de los latidos de la raíz definida en la multiplicación de los encuentros. Es también camino andado y por andar. Es amor cómplice para desentrañar fragmentos y construir puentes, mientras se sostiene un ejercicio continuo, hacedor de comunidad. Esta iteración expositiva del artista Jorge González compone un tejido de experiencias vividas durante los últimos 10 años. Con esta quisiéramos contarles algunos de los “Cuentos del Camino”, sabiendo que estos no llegaron solos, sino que junto a muchos otros siguen anudando para seguir caminándolas.

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Fechas: 31/05/2024 > 25/08/2024

Ubicación: Sala B (Planta 0) consulta el mapa

Martes a domingo de 10.00 a 20.00 h
Lunes cerrado, excepto festivo

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Jorge González

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Fechas: 31/05/2024 > 25/08/2024

Ubicación: Sala B (Planta 0) consulta el mapa

De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas

Mixto

31 may 2024 > 25 ago 2024

Orocobix

Recuerdo de la primera montaña

Jorge González

La exposición Orocobix. Recuerdo de la primera montaña, del artista Jorge González, está curada por Michy Marxuach y puede visitarse hasta el 25 de agosto. Entrada libre

Orocobix es compromisos, y también, es encuentro de formas, materiales, intenciones, voluntades, cosechas, cultivos y tejidos, con y entre seres. Significa algo así como ‘Recuerdo de la primera montaña', compuesto con o = “montaña”, roco = “recordar, conocer” y bi = “vida, principio, primero”. Con este nombrar recordamos nuestro camino, encendemos e intencionamos. Buscamos nutrirnos y nutrir para reactivar la memoria de mucho de lo que el sistema moderno ha distanciado.

Peticionamos a nuestros ancestros de luz y estamos atentos a la escucha de la abuela. Ocama es escucha, Aracoel es abuela. Un fuego sagrado dentro. Sabemos que la radicalidad no solo funciona para fijarnos a la tierra, sino para fijar nuestra resistencia mientras se avalancha la fuerza colonizadora con sus procesos de cementación, destrucción, extracción y dominio. Entremos dentro de los latidos de la raíz definida en la multiplicación de los encuentros. Es también camino andado y por andar. Es amor cómplice para desentrañar fragmentos y construir puentes, mientras se sostiene un ejercicio continuo, hacedor de comunidad. Esta iteración expositiva del artista Jorge González compone un tejido de experiencias vividas durante los últimos 10 años. Con esta quisiéramos contarles algunos de los “Cuentos del Camino”, sabiendo que estos no llegaron solos, sino que junto a muchos otros siguen anudando para seguir caminándolas.

TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo, inaugura hoy (viernes 31), a las 19:00 horas, Orocobix. Recuerdo de la primera montaña, una exposición que ofrece una mirada retrospectiva a una década de trabajo del artista Jorge González (Puerto Rico, 1981) y a su plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria Escuela de Oficios, cuyos procesos mantienen una relación entre el territorio, el cuerpo, los materiales y la salud. Esta muestra es la primera que se le dedica en Canarias a González y en ella se despliegan, en distintos ámbitos, procesos artesanales que conectan diferentes geografías de Centroamérica, el Caribe y Canarias.

Orocobix plantea un espacio de aprendizaje sobre procesos artesanales relacionados con la transformación de la energía en materia, con el paso del fuego a lo simbólico, con el arte o con las relaciones que se establecen a través de estos saberes y los territorios en los que nacen.

En palabras de la curadora, Michy Marxuach, “la obra de González nos hace constantemente preguntarnos cómo asumimos la educación académica occidental y nos posiciona ante el espacio crítico que es pensar nuestra indigeneidad en nuestra construcción moderna. En lugar de intentar clasificar una u otra, su obra aborda el tema, experimenta con el material y nos hace trabajar conscientemente sobre la sistematización que nos afecta e identifica”. En el trabajo de González el oficio va a contracorriente de las lógicas de la eficiencia de nuestro presente, donde el trabajo manual es borrado por la productividad industrial, y ofrece la posibilidad de establecer nuevas redes de relaciones.

Poniendo atención a esa necesidad humana por hacer, siempre en un espacio de transición en el que los problemas se abordan en un horizonte de incertidumbre, el trabajo de Jorge González ensaya modos de existencia en correspondencia con otros seres. A su vez, su obra plantea un sincretismo donde diferentes saberes y creencias se cruzan e implican para la construcción colectiva de cosmovisiones que cuestionen las narrativas dominantes.

Desde hace una década, Jorge González ha planteado un espacio pedagógico bajo el nombre de Escuela de Oficios, una plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria basada en el desarrollo continuo de un espacio colectivo de aprendizaje. Los participantes se dedican a mapear, documentar y emplear técnicas artesanales, apoyándose de un programa móvil que progresa a través de conversaciones, talleres y exhibiciones. Cada uno de los intersticios, a su vez, genera desde su núcleo un sinnúmero de mediaciones y activaciones que fortalecen y crean nuevos vínculos para encaminar la distribución generosa de conocimientos, compartir desde la historia oral y practicar las técnicas ancestrales de forma colectiva.

Desde este acercamiento, se establecen conexiones entre modelos de aprendizaje autogestionados y el territorio, que a su vez se tejen con otros territorios. Escuela de Oficios ha mantenido, entre otras capas, la investigación sobre el tejido de fibras naturales y la alfarería indígena en Puerto Rico. Desde esta base se ha establecido un diálogo con prácticas artesanales propias de Canarias. Desde intereses comunes alentados por la estructura del burén taíno (objeto de barro utilizado en la preparación de alimentos indígenas) y la técnica de Soles de Naranjito, una traslación de la Roseta Canaria se ha creado un espacio de cocción e intercambio de conocimiento.

En la práctica y en el intercambio entre preguntas y saberes se ha fortalecido el reconociendo de metodologías y filosofías que unen gestiones que relacionan la alfarería indígena del Taller de Cabachuelas, en Boriken y la alfarería del Taller del Alfar en Tenerife, además de adentrarnos en la quema propuesta desde Cabachuelas en Boriken con la quema propuesta por la alfarería de Lanzarote. Hay una voluntad que une seres y cuerpos que encaminan un cuido por las relaciones ancestrales y una práctica crítica por su forma de producción.

La exposición se estructura en diferentes ámbitos en los que se plantean diferentes procesos artesanales relacionados con el fuego, el tejido y el barro, o en la transformación energía de la luz en materia. En el primer ámbito se muestra una columna cubierta de tejido de enea que recibe el nombre de Abrazo y que da forma a los cimientos de la educación auto-sugestionada de Escuela de Oficios. Este Abrazo está acompañado por una serie de soportes que diagraman la circunferencia de una media luna, que enciende y obsequia a otros cuerpos el material de una vela para unirse en reclamos y peticiones desde sus propias urgencias.

Este ritual del prendido y la vigilia que abre la exposición se despliega en un segundo ámbito donde se muestra el proceso de elaboración de la tradición de las velas de sebo que es propia de Nacajuca, Tabasco, México, y que está centrada en la cosmovisión del pueblo maya yokot’an de guiar a las ánimas de los difuntos en el Día de Muertos. En esta sala se presenta además la obra Tu Luz de Jayro Arias Arias, originario del poblado Guaytalpa.

Una tercera sala está destinada al cultivo del humo, material que permite registrar, teñir, escribir y, en definitiva, un trazado que sale directamente de la energía del fuego, un trazo que transfiere instancias de luz. En la sala también se encuentra una estructura de tela que ha sido teñida con bejuco y sirve como soporte donde la materia se convierte en símbolo y escritura.

En un último ámbito se presenta la obra Ocama Aracoel, que en lengua taína significa ‘Escucha a la ancestra’. Se trata de un dibujo con tinta de humo sobre muselina que surge de designar reverencia y ofrendas a Caguana y Tanamá, espacio y río sagrados, de Borikén (Puerto Rico). Como extensión de este último ámbito se ofrece un mapa-ensayo en el que la curadora ofrece una mirada retrospectiva a una década de Escuela de Oficios y que se pone en diálogo con diferentes de sus obras, entre las que se encuentra la alfombra de tejido de enea que forma parte la Colección de TEA de La nébula en el medio (2017); Mitología Lareña: Acerca de la montaña de Torrecilla (Cuentos del camino) (2018-2019), la cual es parte de la colección del Instituto de Cultura Puertorriqueña , y Esperando el momento en que guarde luto (2006).

La práctica artística de Jorge González sirve como plataforma para la recuperación de la cultura material boricua, en un intento por crear nuevas narrativas entre lo indígena y lo moderno. En 2014 fundó Escuela de Oficios. Su trabajo ha sido expuesto internacionalmente, incluyendo presentaciones individuales en el Instituto de Cultura Puertorriqueña y en Embajada, San Juan; International Studio and Curatorial Program, Nueva York. Su trabajo también ha sido incluido en exposiciones en Los Angeles Contemporary Exhibitions y el Whitney Museum of American Art, Nueva York, y en la documenta 14. González fue becado del Vera List Center 2020-2022. Igualmente, durante ese tiempo funge como becario de la Puerto Rico Arts Initiative, un programa respaldado por Northwestern University y University of Texas-Austin y en 2022 recibió una beca de United States Artist. Actualmente, González contribuye como artista de la decimosexta edición de la Bienal de Sharjah.

Michy Marxuach, que cree en hacer, experimentar y rehacer mientras practicas experiencias ancladas en un territorio, cuestiona la jerarquía de los conocimientos académicos y dominantes que ignoran formas más alquímica de conocimiento. Le interesa aprender de los procesos de mediación y negociación que adelantan visibilidad y agenciamientos para la diversidad. En 1999 fundó M&M Proyectos, un espacio alternativo que dirigió hasta 2005 dedicado a fortalecer la producción de arte contemporáneo en Puerto Rico y su participación internacional. Fue directora creativa de los eventos Puerto Rico ‘04 [Homenaje al Mensajero], Puerto Rico ‘02 [ En Ruta] y Puerto Rico ‘00 [Paréntesis en la Ciudad]. Organizó exposiciones en la Fundación Joan Miró, Barcelona; Ex Teresa, México; Museo de Arte Moderno de Santo Domingo; y el Museo de Arte de Puerto Rico, entre otros. Entre 2005 y 2008, Marxuach se dedicó a la restauración y el rediseño de una estructura histórica en el Viejo San Juan, que se convirtió en el hogar del programa Beta-Local, dedicado a apoyar y promover prácticas culturales y el intercambio de conocimientos transdisciplinarios.

Entre los trabajos que ha realizado cabe destacar el taller Species plantarum ver sin ser vistos (celebrado en TEA en 2017), el comisariado de Una cierta investigación sobre las imágenes (TEA, 2017) o el seminario taller con Diego del Pozo vinculado a la muestra Para que haya fiesta tiene que danzar el bosque (TEA, 2022). Además de ello, conceptualizó el programa de residencia de Arte y Ciencia en Para la Naturaleza (Puerto Rico. 2023), el Instituto Cisneros del MoMA le encargó y organizó en colaboración con el curador Mauricio Marcin, El Canto de la Yerba Bruja y realizó un taller de investigación experimental que explora prácticas artísticas contemporáneas centradas en el medio ambiente, la ecología y las tradiciones.