Miguel Oriola se dedicó al dibujo, al teatro y a la música antes de conocer el mundo de la fotografía. Empezó el oficio siendo el asistente de José Vicens en Alicante, pero posteriormente residirá en Madrid en los años sesenta.

Su fotografía suele tener connotación provocadora, fruto además de tendencias orientales, tomando de referente revistas como Provoke. En los ochenta funda su propia revista y estudio POPtografia, decantándose así por la moda y publicidad. Trabaja para Elle, Vogue, Cosmopolitan y Penthouse. Su obra forma parte de la colección permantente del Museo Reina Sofía. También expondrá en Japón, Finlandia, Austria.