Jaume Genovart Llopis (Barcelona, 1941-1994), nieto de linotipista e hijo de librero, fue criado en un mundo de escritura y pasión por el grafismo, las caligrafías y el paisaje, elementos todos característicos de su obra. Tras iniciar Artes y Oficios y Ciencias Económicas, los abandonó para dedicarse a la pintura, en la que se volcó sin condiciones. De formación autodidacta, se inició en la expresión plástica hacia 1963, y su pintura y sus paisajes irreales son fácilmente reconocibles por su gestualismo y color, así como por los signos, letras y números que conforman varias de sus composiciones.

A partir de 1972, su primera exposición en Barcelona, expuso regularmente prestigiosas salas de España y Alemania. Apasionado del espacio y el paisaje, atravesó una etapa de pintura cósmica, paisajes astronómicos y espaciales cargados de agresividad y violencia. Comenzó entonces a colaborar asiduamente en la prensa y realizó portadas para diversas publicaciones y libros. Hacia el final de los setenta inició su etapa más importante en cuanto a exposiciones. Participó en numerosas muestras internacionales en Europa, América y Asia y, a partir de 1980, Jaume Genovart se acercó a un paisaje más clásico. Fue entonces cuando la escritura reforzó su valor y se convirtió en el elemento determinante de su obra. Es característica de Genovart su brillante originalidad en el tratamiento de una técnica tan difícil como la pintura sobre papel impreso (documentos antiguos, pentagramas). Representó a España en la Bienal de Sao Paulo, en Rijeka, en la Trienal de Nueva Delhi y en Alejandría.