Juana FRANCÉS
(Alicante, Comunidad Valenciana, España, 1924)
(Madrid, España, 1990)
Juana Francés (Alicante. España 1924-Madrid. España 1990) fue una pintora española, única mujer miembro y fundadora del Grupo El Paso. Francés fue una incansable investigadora plástica, transitando indistintamente entre la abstracción y la figuración. Tal y como destaca el investigador Javier B. Martín, la atista Juana Concepción Francés de la Campa nació en Alicante el 31 de julio de 1924. Al terminar la Guerra Civil, en 1941, se tralada con su familia a Madrid. En 1945 ingresó en la Escuela Central de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, con quien conto de maestro a Daniel Vázquez Díaz (1882-1969). En su primera etapa artística se puede intuir la influencia de Vázquéz Díaz, al igual que muchos pintores de esa época que asistieron a sus clases. En 1949, Juana Francés acaba sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. En 1951, Juana recibió una beca del Instituto Francés por lo que se fue a París, donde terminó su aprendizaje. Ese mismo año, Juana participa en la I Bienal Hispanoamericana de Arte celebrada en madrid. En 1952, Juana Francés realiza su primera exposición individual el la Sala Xagra de Madrid.
La primera etapa pictórica de Juana Francés fue figurativa con formas geométricas de mujeres, grupos familiares o maternidades. Esta primera etapa pictórica es muy lírica con influencias del surrealismo, el expresionismo, el cubismo y el realismo mágico, pero la pintora ya está buscando su propio estilo y su propio discurso. Trabaja mucho las texturas y ya innova con las técnicas, utilizando la encáustica antes que otros artistas como el estadounidense Jasper Johns (1930), con sus famosas “banderas”, o el pintor Modest Cuixart (1925-2007). Un dato importante a tener en cuenta fue la asistencia de Juana Francés al I Congreso de Arte Abstracto celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander en 1953. A partir de ese momento, comienza el abandono de lo figurativo que le lleva a un momento de transición, en el que practica la pintura abstracta, en un primer momento de tipo geométrico y que desemboca paulatinamente en la abstracción matérica.
En 1954, Juana Francés participa junto al que fuera su compañero en la Escuela Central de Bellas Artes de San Fernando, el pintor catalán Francisco Farreras (1927) y al pintor y escultor vasco Néstor Basterretxea (1924) en la XXVII Bienal de Venecia, exposición internacional de arte contemporáneo a la que asistiría de nuevo en 1960, 1964 y 1966. Tras un breve periodo de experimentación, una subetapa de dos años entre 1954-56, en la que realiza obras buscando nuevos lenguajes y técnicas en camino de la abstracción, en 1956 ya está definida su siguiente etapa: de abstracción informal. Son cuadros abstractos, de colores austeros (marrones, blancos, negros …), muy matéricos, en los que introduce arenas a la tela y en los que prima la dinámica del gesto, la acción, la emoción del momento, lo que la artista busca es transmitir al espectador sus inquietudes internas. Las obras no llevan título en un principio, después simplemente se numeran. En 1956, en el prestigioso Salón del Prado del Ateneo de Madrid realiza una exposición individual con este nuevo estilo. Será un importante paso en su carrera y en su vida, ya que en la muestra conoce al escultor Pablo Serrano (1908-85) con el que desde entonces convive y con el que más tarde contraerá matrimonio. Pablo Serrano, ya contaba con una sólida proyección artística, que adquirió durante los años que estuvo en Latinoamérica.
El estudio de nuevos materiales, una de las cosas que más le interesaban, hizo que su pintura evolucionara hacia el informalismo. Es el momento en que se adscribe a El Paso, iniciando una etapa adscrita al “informalismo matérico”. En febrero de 1957, Juana Francés se convierte en una de las fundadoras y única mujer del Grupo El Paso, junto a su compañero Pablo Serrano y los pintores Antonio Suárez (1923-1913), Manolo Millares (1926-72), Manuel Rivera (1928-95), Luis Feito (1929), Antonio Saura (1930-98) y Rafael Canogar (1935) y a los críticos de arte Manuel Conde (director de la Galería Fernando Fe) y José Ayllón. Más adelante, en 1958, se les unieron el pintor Manuel Viola (1916-87) y el escultor Martín Chirino (1925). El Grupo El Paso fue uno de los primeros movimientos vanguardistas de la España de postguerra, introduciendo las premisas del informalismo y del expresionismo abstracto en el país, y recogiendo el testigo de las vanguardias históricas. Francés participaría en las primeras exposiciones del grupo en la Galería Bucholz de Madrid y en la Sala de la Caja de Ahorros de Asturias en Oviedo. Cierta crítica a su obra, provoca la salida de Antonio Suárez y Juana Francés en 1958 tras las dos primeras exposiciones del grupo, en la que son acompañados por Pablo Serrano y Manuel Rivera.
En 1960, forma parte de la exposición Before Picasso, after Miró en el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York. Juana Francés continúa su evolución y a partir de 1961, en su pintura con arenas van surgiendo referencias paisajísticas y, además, se añaden nuevos materiales a los ya utilizados: botones de plástico, broches, piedras, conchas, trozos de cristal, cerámica, ladrillos, etc ... En 1961, expone en el Palais de Beaux-Arts de Bruselas y en 1962 en la Tate Gallery de Londres en la exposición Modern Spanish Painting. Es prácticamente la única artista española que expone en el extranjero en ese período. Juana Francés abandona poco a poco el informalismo matérico (que no llega a ser total pues lo simultanea con nuevos estilos), y centrará su interés en el hombre urbano, abordado desde un punto de vista existencial. Se inicia su tercera etapa pictórica que ocupa desde 1963 a 1980, llamada por ella misma El Hombre y la Ciudad. En estos años aparece una preocupación constante por asuntos como el poder de los medios de comunicación o la tecnología (aparecen en sus obras imágenes de teléfonos, televisiones e incipientes computadores). Para la artista, estos elementos conducen inexorablemente a la incomunicación, el aislamiento y la soledad. El Hombre y la Ciudad evoluciona de modo irrefrenable en la serie Torres-Participación, si cabe, más dramática y expresiva, en la que continua indagando sobre las cuestiones existenciales ya mencionadas.
Al iniciarse la década de los años 80, se produce un brusco giro en su trayectoria y Juana Francés da por terminado este momento pesimista y oscuro. Es la etapa de Fondos Submarinos y Cometas. Abandona esa pseudofiguración humanoide y retoma de nuevo y con más fuerza la abstracción. El pesimismo y la oscuridad dan paso a la luz, al color, al vitalismo. En algunas, predomina lo geométrico. Otras, son más gestuales, y de apariencia biológica, con referencias a paisajes, fondos submarinos, cometas, etc. Esta etapa acabaría con su fallecimiento en Madrid el 9 de marzo de 1990. A su muerte en 1990 ella quiso que toda su obra fuera dividida en cuatro partes y que formara parte de los fondos patrimoniales de cuatro ciudades españolas con las que tuvo una fuerte relación sentimental: Zaragoza (IAACC Pablo Serrano), Madrid (Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía), Valencia (Instituto Valenciano de Arte Moderno) y Alicante (Museo Arte Contemporáneo de Alicante). La colección legada a esta última ciudad está constituida por 73 piezas, entre pintura, obra gráfica e instalaciones; que van desde sus primeras obras figurativas de 1950-1955 hasta su muerte en 1990.
