Aube ELLÉOUËT-BRETON
(París, Francia, 20 de diciembre de 1935)
Aube Elléouët-Breton nace en París en 1935, aunque parte de su infancia transcurre en Estados Unidos (1940-1946) y en México (1943) junto a su madre, la pintora Jaqueline Lambda, en la casa de Frida Kahlo, artista que encontraremos representada en varias de las composiciones artísticas de Aube. Sin embargo, se instala en Saché (1960) en compañía de su marido, el pintor y poeta Yves Elléouët, lugar en el que residirá principalmente.
Su recorrido artístico es extenso y destacan sus composiciones collage, realizadas a partir de 1970. En este mismo año, es nombrada consejera municipal en Saché, puesto que mantendrá durante 15 años. Sus obras se han podido ver en multitud de exposiciones, tanto individuales como colectivas: la primera vez que se exponen sus piezas, en 1974, es en Salle Jean Vilar, Tours; a partir de ahí sus obras se exponen en varias ocasiones, como en la Galerie le Triskèle, París (1977); en Surrealism Unlimited, Londres (1978); en Bar la Licorne, Brest (1980); en Entrepôt Lainé, Bordeaux (1981); en Amnesty International, Angers (1982); en la Art Gallery, Long Island, Estados Unidos (1983); en la Galerie du Cerf-Volant, Bordeaux (1988); en la Société Européenne d’art de Villeneuve-Loubet (1991); en la Galerie Vivant, Tokio (1992), y destacamos la Galerie 1900-2000 (1994). Asimismo, es relevante mencionar la exposición que se lleva a cabo en 2017 en TEA Tenerife Espacio de las Artes, en la que se observa su recorrido artístico, y se establece un vínculo entre sus piezas y el viaje que sus padres, André Breton y Jaqueline Lambda, hacen a Tenerife.
Las composiciones de Aube se caracterizan por su singularidad y el lirismo que rodea sus collage, aunque también por la cotidianidad de los elementos que se ven representados, como instrumentos musicales, mapas, insectos, planetas, animales, cartas y dados, que representan ese carácter lúdico que se muestra en sus obras. Aunque la artista también deja notar su relación con las costas de la Bretaña francesa, debido a varias referencias de lo marino que vemos en sus composiciones (mar, conchas, faros, etc.) y que marcan el vínculo que presenta la autora con las propias Islas Canarias. Esta técnica del collage le permite presentar imágenes cercanas a lo onírico, con una clara influencia surrealista, en las que el azar y la espontaneidad son predominantes. El fondo oscuro de las composiciones sirve de espacio para la superposición de estos elementos que crean una imagen subversiva y que representan una visión muy personal.