Dora Maar
(París, Francia, 22 de noviembre de 1907)
(Francia, 16 de julio de 1997)
Henriette Théodora Markovitch (París 1907 - 1997), mejor conocida como Dora Maar, forma parte del grupo de surrealistas de París. Amiga y colega de Brassaï y de Cartier-Bresson, al comienzo de su carrera como fotógrafa seguirá algunos de los procedimientos experimentales iniciados por Man Ray, como la técnica del desenfoque que utiliza en muchas de sus fotografías surrealistas. Estudia en la Academie Lothe y, tiempo después, ingresa en L’École de Photographie de la Ville de Paris. Siempre interesada en la alta costura, sus primeras obras fueron fotografías de moda, pero según Mary Ann Caws, experta en su obra, este tipo de imágenes eran diferentes a las de cualquier otro artista, no solo por el tratamiento de la luz, sino por su manera poética de mirar y componer las imágenes.
Dentro de su itinerario artístico destacan, hoy por hoy, obras absolutamente fundamentales en la trayectoria del Surrealismo. Nos referimos a piezas como Les années vous guettent, Portrait d’Ubu o Le simulateur, que muestran la esencia de este movimiento artístico y literario. La escritora Victoria Combalía subraya hasta qué punto la fotografía de Dora Maar constituye una de las mayores contribuciones a lo que podríamos denominar la imagen subversiva. En efecto, en su obra encontramos escenarios procedentes del mundo onírico y decorados sombríos, bóvedas que resultan ser cóncavas y convexas a un tiempo: visiones de una profundidad inquietante. Sus personajes, quiméricos y extraños, adoptan poses imposibles que parecen desafiar las leyes de la gravedad. Como en otros protagonistas del Surrealismo, la plasmación de lo maravilloso atraviesa la obra fotográfica de Dora Maar de principio a fin en lo que se refiere tanto a “la magia primitiva y arcaica de las artes”, como “en la atención dedicada a los azares de lo cotidiano”. Sus imágenes ejemplifican, en palabras de André Breton, los valores de la belleza convulsiva. Dora Maar destaca como collagiste, y en su obra encontramos algunas de las aportaciones más sobresalientes de esta técnica de vanguardia celebrada por los poetas y pintores de los años veinte y treinta del siglo XX.
Además de su labor en el desarrollo de la fotografía moderna, cabe destacar sus incursionarse en la pintura, a la que dedicó buena parte de los últimos años de su trayectoria, especialmente siguiendo los pasos de Picasso, con quien mantuvo una conocida y atormentada relación sentimental.
Sobre Dora Maar la investigadora Victoria Combalía publicó en 2013 una extensa y cuidada monografía en Ediciones Circe (Barcelona), siendo esta la obra de referencia internacional sobre la vida y trayectoria de la fotógrafa surrealista.