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Carlos CHEVILLY

(Tenerife, Canarias, España, 1918)

(Tenerife, Canarias, España, 1978)

"Recuerdo muy bien cuando Carlos llegaba a la Peña de El Águila, al kiosko de la Plaza del Príncipe o al Café Sotomayor, estaciones sucesivas y finales del Grupo Nuestro Arte, con su traje mil rayas que se ponía indefectiblemente el día en que el calendario señala el comienzo del verano. Era el formalismo personificado, la cortesía, el trato delicado y amable, la actitud siempre cumplidora y seria, algo que cuidaba rigurosamente para, en alguna ocasión, sentir la necesidad de transgedir todo ese mundo de complementos que había construido con meticulosidad".

[Pedro González]

 

Carlos Chevilly de los Ríos nace el 1 de agosto de 1918, en Santa Cruz de Tenerife. Tras finalizar sus estudios en la escuela primaria, ingresa en la Academia de Artes y Oficios para estudiar dibujo y escultura con tan solo catorce años, siendo sus maestros durante varios años reconocidos pintores de la isla como Mariano de Cossío y Pedro de Guezala. ecibiendo lecciones académicas, entre otros, de los profesores Pedro de Guezala y Mariano de Cossío, a los que siempre consideraría sus maestros en el oficio de la pintura. De Guezala aprende la naturalidad de la pintura del desnudo; de Cossío, su preferencia por la naturaleza muerta de aliento metafísico. Durante un tiempo abandona sus estudios al ser llamado para luchar en el frente de Aragón, pero ya había despuntado en el ámbito de la pintura con su Autorretrato de la maceta. Al regresar de la guerra ingresa de nuevo en la Academia y comienza a tomar forma su estilo pictórico, que empezará a definir como realismo mágico. Sin haber cumplido llegado aún a su treintena, participa ya en numerosas exposiciones como la de Artistas de la provincia de Tenerife, del Museo de Arte Moderno de Madrid, a la que presenta cinco bodegones, siendo el más joven de los seleccionados con veintiocho años.

Durante varios años el Cabildo de Tenerife le concede una beca para continuar sus estudios de pintura, y realiza en esta época hasta tres exposiciones individuales en el Círculo de Bellas Artes en la que se presentan bodegones, naturalezas muertas, retratos, autorretratos, paisajes, estudios de paños, flores, así como varias obras destacadas de su producción como Perro en verde y Perro en azul.  Asimsimo, Carlos Chevilly, junto al pintor José bruno Estudis y el escultor Alonso Reyes Barroso,  es uno de los primeros titulados por el centro de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife, sección delegada de la Escuela Santa isabel de Hungría de Sevilla.  Y poco después, en 1962, supera las oposiciones a profesoir para la Escuela de Artes y oficios de Santa Cruz de Tenerife, siendo presidente del tribunal de oposición Enrique Lafuente Ferrari. Desde entonces se hace caro de la cátadre de colorido  y composición de Bellas Artes y, tras conseguir la plaza definitiva, es nombrado director de la Escuela Superior de Bellas Artes, cargo que ostentaría durante casi veinte años. Al mismo tiempo, es igualmente destacable su labor en la jefatura local del Servicio de protección del Patrimonio Artístico de Santa Cruz de Tenerife.

En lo que respecta al estilo de su pintura, en la década de los años cuarente, en la inmediata posguerra, su obra adquiere una madurez artística que se materializa en una serie de bodegones sobrios y desnudos en atmósferas transparentes y silenciosas, casi mágicos que reflejan ciertos paralelismos con la obra de otros pintores de la llamada nueva objetividad y espacialmnte con la pintura metafísica anterior a la guerra, como es el caso de De Chirico, si bien su afinidad más directa la encontramos con la constelación de pintores españoles que practican durante esos años el denominado "regreso al orden" dentro de una línea inscrita en la nueva figuración o nueva objetividad, como son Cossío, Ponce de León o Ramón Gaya. Los críticos consideran que el mejor Carlos Chevilly es, precisamente, el pintor de esta década de los años cuarenta y hasta mediados de la década siguiente. La extrañeza metafísica y la realidad irreal de los retratos que realiza en estos años, entre los que destacan los realizados a Eduardo Westerdahl (Colección Gobierno de Canarias), Miguel Parejo (Colección paticular), y María Belén Morales (Colección particular) destacan de entre sus pinturas más celebradas. También, sus pequeñas naturalezas muertas -mínimas, inquietantes, silenciosas- adquieren el rango de obras de arte en el contexto del género. Del mismo modo, conviene señalar que, en 1947  protagoniza, junto con otros artistas canarios -Constantino Aznar, Juan Ismael, Reyes Darias, Teodoro Ríos y José Julio Rodríguez- la aventura, efímera, del  grupo PIC (Pintores Independientes Canarios), la que fuera primera tentativa de aliento vanguardista tras el estancamiento cultural que supuso la contienda bélica. Fue, este, sin duda, un capítulo de excepción en el devenir del arte en Canarias. En la década de los 60 se producen las primeras salidas al exterior con exposiciones en Nueva York y París, al tiempo que continúa dando a conocer sus trabajos en distintas exposiciones individuakles y colectivas de Canarias. Posteriormente, su pintura evoluciona hacia un esquematismo de las figuras y reduce los bodegones a valores cromáticos. Sus últimas composiciones, naturalezas muertas, desnudos femeninos, escenas de campesinos y pescadores, trazados de manera muy geométrica llegan a una abstracción colorista, totalmente libre y experimetal.

En 1972 se realiza una gran exposición sobre Chevilly en la que se muestran sesenta obras en el Museo Municipal de Santa Cruz de Tenerife al cuidado de Antonio Vizcaya y con textos de Eduardo Westerdahl y otros. Aunque su última exposición tiene lugar dos años más tarde en la Casa de Colón, continúa pintando hasta sus últimos días. Carlos Chevilly fallece de un ataque cardiaco el primer día del año 1978.

En el mes de octubre de 1988 se celebró en la Casa de la Cultura de Santa Cruz de Tenerife una expsición antológica de Carlos Chevilly, dentro del ciclo Maestros del siglo XX, al tiempo que se pubica una edición sobre su obra a cargo de su hijo, Bernardo Chevilly, comisaro de la muestra. Poco después, en 1993, el Gobierno de Canarias editó una monografía sobre el pintor en el contexto de la Biblioteca de Artistas Canarios, a cargo de Luis Ortega. Asimismo, en fechas recientes, el Cabildo Insular de Tenerife, a través del centro de arte TEA Tenerife Espacio de las Artes produjo en 2018, coincidiendo con el centenario del nacimiento del pintor, la exposición Enigmas exactos: Carlos Chevilly y la naturaleza muerta moderna, comisariada por el conservador del centro, Isidro Hernández. Dicha exposición no pretendía ser una antológica de la obra de Carlos Chevilly, sino que solo se detuvo en un aspecto concreto de su trayectoria creativa: sus trabajos realizados en el mediosiglo, momento en el que su pintura se detiene en el estudio y perfeccionamiento de la naturaleza muerta y del retrato. Con todo, dicha exposición muestró al público el mayor número de obras que haya podido verse reunido hasta hoy, de forma que ofreció una idea absolutamente cabal del pintor. Asimismo, sus trabajos se mostraron no solo individualmente, sino en relación con la de algunos otros protagonistas de la mejor pintura española dentro del género de la naturaleza muerta, como es el caso de Mariano de Cossío, Ramón Gaya, Pedro de Guezala, Morandi o Benjamín Palencia, entre otros.

 

 

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