14 mar 2025
El archivo fantasmático del VIH/Sida en Canarias
El museo TEA Tenerife Espacio de las Artes celebra el viernes 14, a las 19:00 horas, el conversatorio El archivo fantasmático del VIH/Sida en Canarias. Este encuentro, que es de acceso libre, persigue hacer más precisos esos contornos difuminados del fantasma y que adquiera algo de profundidad de campo, de densidad. José Antonio Ramos Arteaga conversará con Emi González García y con Kiko, activistas cuyo trabajo con colectivos de aquellos años que ayudarán a centrar no solo qué pasó, sino las lagunas que necesitan ser drenadas aún. Además, se recuperará de la mano de Farah Azcona, activista cultural que participó en comités ciudadanos antisida, la figura de la performer Erika/Eri, rescate que confronta la amnesia colectiva instalada sobre este pasado doloroso.


En 1988, el escritor argentino Néstor Perlongher escribió El fantasma del SIDA. La enfermedad era vista como un espectro que recorría “los lechos, los flirts y los callejeos” causando su sola mención terror y curiosidad. Esta sensación atravesó las dos primeras décadas de su expansión por el mundo para luego convertirse en un fantasma familiar que se arrincona en el desván gracias al desarrollo de los tratamientos. Sin embargo, la memoria sobre el virus y la enfermedad mantiene todavía su naturaleza evanescente y espectral. Aunque puntualmente, en especial en ámbitos artísticos, se recuperan episodios y acciones de aquellos primeros años de la epidemia, se difumina poco a poco el archivo de las experiencias de vergüenza, vulnerabilidad, lucha y violencia social, médica y política que sufrieron los afectados y afectadas, pero sobre todo los que no sobrevivieron. Quizás por su reducción a un problema biomédico debido a la urgencia de una cura, se ha descuidado el recoger, cuidar y reparar la memoria común de la transmisión.
En el caso de Canarias, poco se ha intentado organizar este pasado pandémico y las vidas a las que el virus torció definitivamente. No sabemos mucho de cómo fueron esas (super)vivencias y resulta urgente recopilar tanto material disperso, tantas personas que mantienen el recuerdo de lo que fue y de los que se fueron. Este encuentro persigue hacer más precisos esos contornos difuminados del fantasma, que adquiera algo de profundidad de campo, de densidad: conversaremos con Emi González García y con Kiko, activistas cuyo trabajo con colectivos de aquellos años nos ayudará a centrar no solo qué pasó, sino las lagunas que necesitan ser drenadas aún. Además, recuperaremos de la mano de Farah Azcona, activista cultural que participó en comités ciudadanos antisida, la figura de la performer Erika/Eri, rescate que confronta la amnesia colectiva instalada sobre este pasado doloroso.

A continuación, algunos testimonios de personas de Santa Cruz de Tenerife que vivieron ese momento recogido en el libro Las locas en el archivo. Disidencia sexual bajo el franquismo (2023):
Y llegó la pandemia. Por eso, porque habíamos vivido como muy intensamente, y lo máximo que había tenido era una purgación y ladillas, lo del SIDA cambió todo y salimos menos y con miedo.
Lo del SIDA se vivía escondido y ahora que había empezado a experimentar nos entró a todos miedo porque no sabías si por comerte la boca te ibas a infectar. Además, como decían que era una enfermedad de maricones, aquello generó una estampida en los antros, en los cuartos oscuros, en las saunas. Ni siquiera el cruising se salvó. Pero también había mucha inconsciencia y la gente joven iba de por libre. Yo me hice la prueba en el consultorio de la calle San Sebastián, una de las veces que vine de visita. Con la boca pequeña mucha gente por mi aspecto tan delgado y mi look rumoreaba que yo lo tenía.

Personalmente el Sida tuvo un efecto negativo demoledor. Creo que el temor retrasó mi proceso de superar mi asexualidad. Nunca me tocó la realidad del Sida en mi entorno, pero el miedo estaba.
El efecto fue devastador: todo el mundo se volvió hetero y monógamo por miedo. Y esto duró hasta los 90. Volvimos a la represión y al provincianismo más feroz. Desapareció el polimorfismo en el que nos movíamos, sin fronteras e identidades definidas, y todos acojonados nos volvimos a las catacumbas más profundas del armario. Claro que supuso un antes y un después, esa diferencia y la actitud mental abierta desaparecen.
Lo cierto es que como dijo Shangay Lili en los 90 lo que sale de la crisis de sida es el gaycapitalismo. Lo que yo sé es que, de mi banda, que era enorme, no quedó ni una por la heroína, no me quedó ni una amiga de esos años y de repente me encontré que no sabía para dónde tirar.
Semblanza de Erika escrita por Farah Azcona para el monográfico “Teoría Marica” de la revista La Página (2013) en homenaje al filósofo y activista queer, Paco Vidarte:
Erika, de hijo natural a lideresa queer:
Nació con el cordón umbilical, por lo que arrastraría para siempre esta marca saturnina que la hacía peculiar, como un niño “natural”, eufemismo que usaba la iglesia católica de aquella época para decir que tu padre no reconocía que tuviese hijo alguno. Vivió una infancia ruda y pronto militó en el Comunismo, en el más libertario.
Su madre, una señora muy mala que fumaba puros mientras negaba toda posibilidad a su hijx, Erika y para ella Francisco, de compartir su nueva familia, nuevo esposo, nuevos hijos, por medio al “contagio” del HIV. La puso a vivir en el sótano lleno de humedad, cual mazmorra isabelina, y se quedó tan pancha.
Erika fue heroinómana y alcohólica desde muy temprana edad y alternaba sus “giras” como ella solía llamarlas, con descansos en Tenerife, donde sabía que siempre era acogida por nosotrxs, sus amigxs, fuera de la manera que fuese. Impresionaban sus casi dos metros de altura, pero mucho más su “look” inclasificable, que iba desde un vestido con miriñaque hasta una simple tela adaptada para servir de vestido y turbante a juego.
Su paso por el teatro con espectáculos como “La momia” y otros performances con el grupo “Uranio 235” le dieron una legitimidad y un honor nunca reconocidos por la sociedad de los años ochenta, al sentir reconocida su valía, tanto como persona profesional. Acabó sus días, por la falta de amor de aquella madre bruta y mala, pagando los excesos con la heroína y el alcohol, pero sorprendida por el Virus que revolucionó el planeta, VIH, queriendo que la llamasen Eri, transmutando aún más si cabía a un espacio de género más neutro.
Siempre paseará su sombra de boato por la calle Heraclio Sánchez de La Laguna, a la sombra del bar Benjamín, y refugiada en el “Xola” recién inaugurado.

INFORMACIÓN Y HORARIO:
Biblioteca de Arte (Planta 0) consulta el mapa
14 mar 2025. 19:00
Tlf: 922 849 090 (De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas)
Entrada: Libre