Charla sobre Sofía Bassi

Sofía Celorio Mendoza, también conocida como Sofía Bassi, nació en 1913 en México. Coetánea de Leonora Carrington y Remedios Varo, fue considerada la primera pintora surrealista mexicana. Aunque la sociedad decidió posicionarla en este movimiento artístico, ella tuvo la capacidad de escapar de este encasillamiento, trascendiendo su obra a otro nivel.

Con un arranque tardío en el mundo del arte, en 1964, Sofía comenzó a explorar su parte más espiritual a través de la pintura. Mostrando sus sueños a través de colores como el verde y el ocre, creó en sus cuadros un imaginario de paisajes oníricos y figuras etéreas, que existían entre las luces y las sombras.

Con una vida personal mediática y convulsa, Bassi utilizó la pintura como un soporte para transitar el escándalo y la tragedia que la acompañó durante años. En 1968, Sofía es ingresada en la cárcel Municipal de Acapulco durante cinco años, por autoinculparse de la muerte de su yerno, el Conde Cesare D’Acquarone, que pierde la vida accidentalmente por un disparo.

Estos años de encierro llevaron a Sofía a pintar más de 250 obras, todas ellas marcadas con las siglas ELC (En La Cárcel); en un intento de escapar de la reclusión claustrofóbica a la que estaba sometida. Sus cuadros se convirtieron en portales a otros mundos, donde ni la lógica ni la realidad estaban presentes; solo las entrañas y el abismo de su propio universo.