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Contra la piel

TEA Tenerife Espacio de las Artes, centro de arte contemporáneo del Cabildo, acoge Contra la piel, exposición con la que se inaugura la octava temporada de Área 60, un programa que tiene entre sus objetivos prioritarios el apoyo a jóvenes artistas y comisarios para dar visibilidad a sus propuestas y propiciar su inserción en el ámbito profesional. En esta ocasión, la muestra está comisariada por Semíramis González (Gijón, 1988) y en ella se exhiben creaciones de Cristóbal Tabares, Valle Galera, Rubén H. Bermúdez y Gabriela Bettini. Contra la piel parte de un poema de la escritora nicaragüense Gioconda Belli y descubre una serie de obras en torno a cómo se construyen las identidades de género, raza, clase y opción sexual y ahonda a su vez sobre los estereotipos asociados a éstas y en las violencias que pueden desencadenar en la actualidad.

Contra la piel

Los trabajos que se presentan en Área 60 van desde la fotografía a la instalación pasando por el vídeo, la performance y la pintura. En todos ellos, el nexo de unión es la posibilidad de plantear dilemas identitarios que parten del conflicto, y convertirlos en un objeto de reflexión y debate a través de obras muy comprometidas, como cada uno de estos cuatro artistas en su día a día. Contra la piel se podrá visitar de manera gratuita en este espacio hasta el 6 de mayo de martes a domingo de 10:00 a 20:00 horas. Esta propuesta expositiva se complementa con unas charlas que tendrán lugar en marzo y en abril y en las que sus ponentes abordarán temas como el racismo, el empoderamiento femenino y la transfobia. 

Rubén H. Bermúdez (Madrid, 1981) presenta en esta colectiva Y tú, ¿por qué eres negro?. A través de este proyecto, el creador habla de su historia personal, de la conciencia de ser afrodescendiente y de la realidad del racismo en España en pleno siglo XXI. Violencia racista vivida a diario y desde pequeño, a través de una serie de fotografías y vídeos.

Gabriela Bettini (Madrid, 1977) utiliza la clásica técnica de la pintura, concretamente la pintura de paisaje, para hablar de la violencia que sufren las activistas en Latinoamérica, como Berta Cáceres, asesinada por defender a los pueblos indígenas. Bettini presenta una serie de paisajes donde han ocurrido feminicidios contra defensoras de la naturaleza y los recursos naturales. Estos asesinatos suponen una sangría tal que la antropóloga feminista Marcela Lagarde considera que deberían ser una tipología propia entre los feminicidios. El asesinato masivo de las mujeres que no se callan ante el opresor. Esta dislocación visual, que en las pinturas de Bettini obliga a mirar dos veces, nos sitúa, como público, en un lugar incómodo. Más allá del simple paisaje que se observa, la segunda lectura crítica sobre la que la artista se detiene nos hace removernos en nuestra posición. El paisaje puede ser también el lugar de la barbarie, no sólo del aparente deleite.

Contra la piel

Cristóbal Tabares (Tenerife, 1984), en Liberté, Egalité, Varieté, traza un recorrido visual por la Historia moderna sin renunciar al buen trabajo pictórico; apela al retrato, en constante renovación, y convierte a travestis y transexuales de un cabaret de París de principios de siglo, en protagonistas de lienzos de gran formato. De ese pequeño cabaret, para un público reducido, a la gran pintura, en un ejercicio revisionista y de recuperación, que no sólo habla de quienes están retratadas, sino también de quienes miramos ahora las obras. Tabares homenajea a las mujeres ocultadas en cabarets, apartadas por su condición sexual y de género, y libres por fin en unos retratos alejados del dramatismo y que ensalzan la felicidad bajo la represión.

Valle Galera (Jaén, 1980) trabaja la fotografía para crear referentes identitarios de personas que a menudo no son representadas. Asimismo, revisa imágenes a lo largo de la historia para ampliar los límites del género y la nacionalidad ofreciendo historias fragmentadas y poliédricas que tambalean el concepto de normalidad. En Estaba oculto indaga sobre el arquetipo del hombre seductor dibujándolo a través de la repetición de poses, gestos y estilos semejantes entre celebridades y desconocidos, imágenes apropiadas del pasado siglo, entremezcladas con retratos actuales que realiza a homosexuales sexagenarios. Rastrea una confusa y evocadora generación que ya se adelantó a su tiempo al vivir una sexualidad prohibida en época franquista, hoy también censurada pero ahora por una sociedad que desexualiza a sus ancianos.